jueves, 12 de julio de 2018

LA CHARANGA


No hay mejor ejemplo de trabajo en grupo.
No hay mejor lugar para que el virtuosismo de un individuo haga grande al grupo, si este le sabe arropar.
Cada cual comprende que es importante su papel.
El equilibrio entre percusión, viento y voz, con o sin megáfono, es la clave de su éxito.
La charanga es fundamental en la fiesta popular. Lleva sobre sus hombros el peso de movilizar, entretener y sostener a todo el personal, el incluido en las peñas, el lugareño y el visitante ocasional.

Siempre en equilibrio entre lo que la gente les pide y lo que humanamente se puede dar.
Provienen de agrupaciones más grandes, como bandas municipales, por lo que tienen buena formación musical.
Destacan, sobremanera, las que son realmente un grupo de amigos, por la posibilidad de improbisación y por la generosidad con el público cuando se sienten a gusto y queridos.

Muchas veces tenemos ejemplos sencillos que podemos aplicar a nuestro día a día y no nos damos cuenta.
Este es uno de ellos.

Si asumiéramos en nuestro trabajo las premisas que hacen grande a la charanga, disminuirían nuestros miedos, a la par que aumentarían nuestros logros.

Construir desde el reconocimiento de las individualidades y lo que estas pueden aportar al grupo.
Construir desde el respeto de las decisiones de grupo.
Construir desde la coordinación de cada una de las partes, para hacer mejor el todo.
Construir desde el carisma, sin perder de vista por dónde va la sociedad.
Construir desde una sólida formación personal y de equipo.
Construir sabiendo que se nos va a evaluar, interna y externamente.

Esta es la clave del éxito.



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