domingo, 29 de marzo de 2020

GRUPO DE ORACIÓN: "Con Matilde a la luz del Sagrario." (29MAR2020)

Hoy quiero dedicar especialmente esta oración a las HMMI y a la FAMILIA TELLISTA. 
A todos aquellos que están sufriendo el azote de esta enfermedad, a todos aquellos que han perdido un familiar, un ser querido.
Para que encontremos consuelo en los que nos rodean, para que alcancemos la Misericordia del Señor. AMÉN.

LA PALABRA:

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45):

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.»
Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba.
Sólo entonces dice a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea.»
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?»
Le contestaron: «Señor, ven a verlo.»
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»
Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?»
Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa.
Dice Jesús: «Quitad la losa.»
Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.»
Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.»

El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.»
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Palabra del Señor



LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO

ASÍ QUIERO MORIR YO

Jesús nunca oculta su cariño hacia tres hermanos que viven en Betania. Seguramente son los que le acogen en su casa siempre que sube a Jerusalén. Un día, Jesús recibe un recado: «Nuestro hermano Lázaro, tu amigo, está enfermo». Al poco tiempo Jesús se encamina hacia la pequeña aldea.
Cuando se presenta, Lázaro ha muerto ya. Al verlo llegar, María, la hermana más joven, se echa a llorar. Nadie la puede consolar. Al ver llorar a su amiga y también a los judíos que la acompañan, Jesús no puede contenerse. También él «se echa a llorar» junto a ellos. La gente comenta: «¡Cómo lo quería!».
Jesús no llora solo por la muerte de un amigo muy querido. Se le rompe el alma al sentir la impotencia de todos ante la muerte. Todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser un deseo insaciable de vivir. ¿Por qué hemos de morir? ¿Por qué la vida no es más dichosa, más larga, más segura, más vida?
El hombre de hoy, como el de todas las épocas, lleva clavada en su corazón la pregunta más inquietante y más difícil de responder: ¿qué va a ser de todos y cada uno de nosotros? Es inútil tratar de engañarnos. ¿Qué podemos hacer ante la muerte? ¿Rebelarnos? ¿Deprimirnos?
Sin duda, la reacción más generalizada es olvidarnos y «seguir tirando». Pero, ¿no está el ser humano llamado a vivir su vida y a vivirse a sí mismo con lucidez y responsabilidad? ¿Solo hacia nuestro final nos hemos de acercar de forma inconsciente e irresponsable, sin tomar postura alguna?
Ante el misterio último de la muerte no es posible apelar a dogmas científicos ni religiosos. No nos pueden guiar más allá de esta vida. Más honrada parece la postura del escultor Eduardo Chillida, al que en cierta ocasión le escuché decir: «De la muerte, la razón me dice que es definitiva. De la razón, la razón me dice que es limitada».
Los cristianos no sabemos de la otra vida más que los demás. También nosotros nos hemos de acercar con humildad al hecho oscuro de nuestra muerte. Pero lo hacemos con una confianza radical en la bondad del Misterio de Dios que vislumbramos en Jesús. Ese Jesús al que, sin haberlo visto, amamos y al que, sin verlo aún, damos nuestra confianza.
Esta confianza no puede ser entendida desde fuera. Solo puede ser vivida por quien ha respondido, con fe sencilla, a las palabras de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees tú esto?». Recientemente, Hans Küng, el teólogo católico más crítico del siglo XX, cercano ya a su final, ha dicho que, para él, morirse es «descansar en el misterio de la misericordia de Dios». Así quiero morir yo.



La resurrección de Lázaro glorifica a Dios – La Salvación de Dios ... Lectura de la profecía de Ezequiel (37,12-14):

Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios


Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis (Ez 37,12-14)

Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8

R/.
 Del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa


Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz,
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.


SALMO-129 DEL SEÑOR VIENE LA MISERICORDIA, LA REDENCION COPIOSA ...

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,8-11):

Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
Palabra de Dios


Romanos 8:11//Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos ...

viernes, 27 de marzo de 2020

GRUPOS TELLISTAS (27MAR2020) CONSTRUIR UN NUEVO NAZARET.




Es nuestro tercer viernes virtual. Son tiempos extraordinarios.
Matilde también tuvo que vivir situaciones extraordinarias en su época, pero su fe y su esperanza le hicieron enfrentarlo todo, con la alegría de saber que cada dificultad en el camino era un acto de amor.




"Ella exulta de gozo en acción de gracias a Dios y rápidamente lo prepara todo para iniciar la fundación con siete jóvenes de las hijas de María, que se han comprometido a seguirla en la vida religiosa.


El 19 de marzo de 1875, solemnidad de San José, deben reunirse todas para la celebración eucarística en la Parroquia de Santa María y desde allí marchar a la casa preparada para iniciar la vida religiosa. Pero de las siete jóvenes comprometidas sólo una se presenta: María Briz. Ante esta gran prueba, Matilde no se desalienta. Fortalecidas con el pan de la Eucaristía, ella y su única compañera se dirigen gozosas, con heroica intrepidez, a la «casita de Nazaret», como Matilde la denomina.
En esta casa tratan de imitar a la Sagrada Familia de Nazaret, viviendo con mucho amor y alegría en recogimiento y oración, en humildad y pobreza, sin contar con nada y plenamente confiadas en la Providencia. En la casa no tienen todavía sagrario, pero las acompaña una imagen de la Virgen ante la que oran y a quien se lo consultan todo.

Pocos días después, conjugando siempre la contemplación y la acción, reciben un grupo de niñas huérfanas en casa, dan clase a niñas pobres y atienden a los enfermos en sus domicilios. Su testimonio evangélico va atrayendo a algunas jóvenes a unirse a ellas, a pesar de las críticas de quienes consideran la fundación como una locura."




Y en eso estamos nosotros ahora, también, haciendo de cada pequeña cosas, un acto de amor.

Ese es nuestro nuevo Nazaret de hoy.

No tengáis miedo.
Quédate en casa.
Ánimo y adelante.

CUIDAROS MUCHO.

domingo, 22 de marzo de 2020

GRUPO DE ORACIÓN "Con Matilde a la luz del Sagrario" (22MAR2020)

LA PALABRA:

Lectura del santo evangelio según san Juan (9,1.6-9.13-17.34-38):

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el que se sentaba a pedir?»
Unos decían: «El mismo.»
Otros decían: «No es él, pero se le parece.»
Él respondía: «Soy yo.»
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?»
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?»
Él contestó: «Que es un profeta.»
Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?»
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?»
Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.»
Él dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él.


Palabra del Señor


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OJOS NUEVOS


El relato del ciego de Siloé está estructurado desde la clave de un fuerte contraste. Los fariseos creen saberlo todo. No dudan de nada. Imponen su verdad. Llegan incluso a expulsar de la sinagoga al pobre ciego: «Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios». «Sabemos que ese hombre que te ha curado no guarda el sábado». «Sabemos que es pecador».

Por el contrario, el mendigo curado por Jesús no sabe nada. Solo cuenta su experiencia a quien le quiera escuchar: «Solo sé que yo era ciego y ahora veo». «Ese hombre me trabajó los ojos y empecé a ver». El relato concluye con esta advertencia final de Jesús: «Yo he venido para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos».

A Jesús le da miedo una religión defendida por escribas seguros y arrogantes, que manejan autoritariamente la Palabra de Dios para imponerla, utilizarla como arma o incluso excomulgar a quienes sienten de manera diferente. Teme a los doctores de la ley, más preocupados por «guardar el sábado» que por «curar» a mendigos enfermos. Le parece una tragedia una religión con «guías ciegos» y lo dice abiertamente: «Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán al hoyo».

Teólogos, predicadores, catequistas y educadores, que pretendemos «guiar» a otros sin tal vez habernos dejado iluminar nosotros mismos por Jesús, ¿no hemos de escuchar su interpelación? ¿Vamos a seguir repitiendo incansablemente nuestras doctrinas sin vivir una experiencia personal de encuentro con Jesús que nos abra los ojos y el corazón?

Nuestra Iglesia no necesita hoy predicadores que llenen las iglesias de palabras, sino testigos que contagien, aunque sea de manera humilde, su pequeña experiencia del evangelio. No necesitamos fanáticos que defiendan «verdades» de manera autoritaria y con lenguaje vacío, tejido de tópicos y frases hechas. Necesitamos creyentes de verdad, atentos a la vida y sensibles a los problemas de la gente, buscadores de Dios capaces de escuchar y acompañar con respeto a tantos hombres y mujeres que sufren, buscan y no aciertan a vivir de manera más humana ni más creyente.

José Antonio Pagola

Publicado en www.gruposdejesus.com



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Lectura del primer libro de Samuel (16,1b.6-7.10-13a):

En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: «Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»
Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»
Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»
Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»
Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.»
Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante.


Palabra de Dios


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Sal 22,1-3a.3b-4.5.6

R/.
 El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerza
s. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.


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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,8-14):

En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz –toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz–, buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciadlas. Pues hasta da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.»
Palabra de Dios


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domingo, 15 de marzo de 2020

HAZTE UN REZO... (MARZO2020) ESTADO DE ALARMA...ANTE TODO MUCHA CALMA.

Hazte un rezo por las personas que enferman y por las que estan sanas.

Hazte un rezo por los que cuidan, sirven, atienden, donan y por los que, irresponsablemente, todavía se toman esta crisis a broma o son egoista con el papel higiénico y con la movilidad, y no se quedan en casa.
Hazte un rezo por todos los que nos gobiernan, para que tomen decisiones por el bien común ,que aún costosas y desagradables, nos lleven a superar esta crisis y por estos mismos gobernantes para que, una vez vencido el coronavirus, sean capaces de seguir haciéndolo y no caer en los partidismos o en las ideologías que no nos llevan a nada bueno como pueblo/nación/país/estado.



Hazte un rezo para que en este estado de alarma, los ciudadanos tengamos ante todo mucha calma, seamos cívicos y exquisitos en la prevención y mostremos al mundo los valores que nos definen como personas, la fe, la esperanza,la solidaridad, la entrega, el sacrificio, la creatividad, la alegría aun en la difultad, porque esos son a la vez los valores de nuestra sociedad, los valores de España.




Hazte un rezo de corazón, échale ganas, pon el alma, atrévete a ser libre...y reza, a solas, en familia, en bajo o en voz alta.

Hagamos un rezo todos juntos:




No tengáis miedo.
Atrévete a ser libre...quédate en casa.
Ánimo y adelante.

Cuidaros mucho.



ATRÉVETE A SER LIBRE...(MARZO2020) LA BIBLIA.


AÑO DE LA BIBLIA, MARZO, MATEO

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Antes de inciar la lectura (o relectura) de cualquier libro de la Biblia es conveniente leer la Introducción que cualquier edición hace sobre el autor, época, género literario, y contenido del libro que se va a leer.

El evangelio de Mateo

Mateo escribe para las comunidades judeocristianas, y escribe su evangelio basándose fielmente en el relato de Marcos, en los dichos de Jesús del documento Q, y en algunas fuentes judeocristianas. De este modo compone su evangelio en seis relatos y cinco discursos de Jesús.

Su intención es mostrar a las comunidades cristianas procedentes del judaísmo que el mensaje de Jesús no es una ruptura con el judaísmo sino su perfecto cumplimiento. “No penséis que yo he venido a a nular la ley de Moisés o las enseñanzas de los profetas. No he venido a anularlas sino a darle su verdadero significado” (Mt 5,17 Biblia Traducción Interconfesional).


Sus comunidades, que probablente habían sido ya expulsadas de las sinagogas, se sentían las verdaderas herededas de las promesas judías, en contradicción con los fariseos, y esta situación se refleja en las disputas de Jesús con los fariseos en los relatos de Mateo.

El obispo episcopaliano Johnm Shelby Spong pone de manifiesto el estilo judío del evangelio de Mateo, que presentó su relato en paralelo y como cumplimiento de los acontecimientos proféticos del Antiguo Testamento, así como el ejemplo y la superación de los grandes personajes, especialmente de Moisés. Sus comunidades entendían espontáneamente estas alusiones, porque las tenían grabadas en su imaginación; en cambio las comunidades de cristianos procedentes del paganismo interpretaron literalmente los relatos de Mateo, porque desconocían sus antecedentes bíblicos; y sus interpretaciones han prevalecido en la historia de la Iglesia.

Mateo era consciente de la tensión entre las comunidades judeocristianas de Santiago y las paganocristianas de Pablo, y ve la necesidad de mantener la unidad en la figura de Pedro. Es el único evangelista que relata la entrega de las llaves del Reino a Pedro, episodio intercalado (y un tanto incoherente) en el conjunto del relato, como puede apreciarse comparando Mt 16,13-23 con Mc 8,27-30 y Lc 9,18-22.

En Marcos, Pedro reconoce a Jesús como mesías triunfante, hijo de David, y esto es coherente con su intento de disuadirle de que se arriesgue a ir a Jesulén. Lucas evita descalificar a los discípulos y omite este intento de disuadir a Jesús. Mateo es el único que atribuye a una inspiración del Padre el reconocimiento de Jesús como mesías, pero resulta incoherente que a renglón seguido Pedro trate de disuadir a Jesús de seguir su camino.

No tienen que extrañarnos estas diferencias de interprretación porque el evangelio no es un código cerrado sino una invitación al amor incondicional, y unas orientaciones para que escuchemos a nuestra conciencia con la resonancia de los signos de los tiempos (de las situaciones de cada comunidad). Un código cerrado sería volver al fariseísmo que Jesús denunció. El mensaje de Jesús es amor sin límites; cumplir los diez mandamientos (o los cuarenta) nos evita tener que ir más allá.

Que se hayan conservado cuatro evangelios canónicos (aceptados por la comunidad de comunidades), con sus diversas interpretaciones y sus contradicciones, nos evita caer en una interpretación literal de un solo evangelio.

De Marcos aprendimos el realismo y el apasionamiento radical por la buena noticia de Jesús. De Mateo podemos aprender un sereno equilibrio para mantener la unidad, tan necesaria en estos momentos.



Lecturas recomendadas

Xabier Pikaza: El evangelio de Mateo, ed. verbo divino 2019. Exégesis y comentario teológico. Pikaza recoge la memoria de los duros conflictos antiguos, sabiendo que allí donde se dice Jesús se está diciendo Iglesia. Conflictos que deben resolverse en comunión de vida y en diálogo con las iglesias judeocristianas y paulinas, apelando al testimonio de Pedro y de los Doce.

José Luis Sicre: El evangelio de Mateo, un drama con final feliz. Ed. Verbo Divino (La casa del Libro tiene una edición digital). La intención de este comentario es ayudar a descubrir el proceso que llevó a Jesús hasta la muerte, acompañándolo, a veces sin entender mucho, como los discípulos; escandalizándonos en ciertos momentos, como los fariseos; desconcertados, como las mujeres ante la tumba; cumpliendo, entre dudas y entusiasmo, la misión final que nos encarga, convencidos de que él está con nosotros hasta el fin del mundo.

John Shelby Spong: El evangelio de Mateo (versión digital facilitada por la Asociación Marcel Légaut)

Rafael Aguirre y otros. Guía de Lecturas de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Ed evd 2014. Estructura de cada evangelio con breves explicaciones de cada sección, que introducen a una lectura personal.



Vídeos recomendados

Pope Godoy: El evangelio de Mateo. Hasta hace poco se pensaba que era el evangelio más antiguo. Por eso gozó de mucho prestigio y es el más leído y más comentado en la tradición cristiana. Pope hace una interesantísima comparativa entre Mateo y Marcos, que pone de relieve las peculiaridades de Mateo y nos aporta luces para reconocer un poco mejor la figura de Jesús y su mensaje.

Gonzalo Haya: Contradicciones en los Evangelios. Estamos tan acostumbrados a los pasajes del evangelio, que seguramente no somos conscientes de las grandes contradicciones que hay entre los evangelistas, e incluso entre dos textos de un mismo autor. Reflexionar sobre ellas nos hace descubrir qué tipo de verdad quieren comunicar los relatos evangélicos o qué concepto tenían de la historia.

José Luis Sicre: Entorno histórico y sociológico de Jesús. El autor nos brinda un magnífico resumen para describir el contexto social de la vida de Jesús. Recurre a los relatos de historiadores para describir lo que es vivir bajo por la dominación romana o la situación en Galilea. Muy interesante también el capítulo en el que aclara las diferencias entre los celosos, el grupo de Judas el Galileo, los sicarios y los zelotes. Por último, siguiendo la tipología de Lenski para las sociedades agrarias, describe la sociedad en tiempos de Jesús y cada una de las clases sociales.

José Arregi: Bienaventurados los pobres (I). Hay gran consenso en afirmar que el Reino de Dios es el núcleo del mensaje de Jesús. Estudiando el lenguaje que utiliza al hablar del Reino descubrimos un gran paralelismo con la Religión Imperial. La subversión de los cristianos fue negar esas atribuciones al Emperador para dárselas a Jesús. No debería negarse la intención política del mensaje de Jesús. ¿Qué pasaría si de verdad reinara Dios? Que las viudas, los huérfanos y los extranjeros no estarían desprotegidos, porque su Rey mira los corazones de todos los hombres y no rechaza a nadie. En el Reino de Dios reina la Justicia y todos sin excepción son atendidos.

José Arregi: Bienaventurados los pobres (II). La revolución política de Jesús se basa en una revolución o inversión de valores. En sus parábolas y sobre todo en las bienaventuranzas, Jesús atribuye a los pequeños, los valores que se suelen atribuir a los grandes. Cuando afirma que son bienaventurados los pobres, no está haciendo exaltación de la pobreza, sino que son bienaventurados porque van a dejar de ser pobres. El Reino de Dios se está llevando a cabo, sin que sepamos cómo, al igual que crece la semilla.

Gonzalo Haya

GRUPO DE ORACIÓN "Con Matilde a la luz del Sagrario." (15MAR2020)

LA PALABRA:


Lectura del santo evangelio según san Juan (4,5-42):

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla.»
Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve.»
La mujer le contesta: «No tengo marido».
Jesús le dice: «Tienes razón que no tienes marido; has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»
La mujer le dijo: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»

En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor


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A GUSTO CON DIOS

La escena es cautivadora. Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob. Pronto llega una mujer a sacar agua. Pertenece a un pueblo semipagano, despreciado por los judíos. Con toda espontaneidad, Jesús inicia el diálogo con ella. No sabe mirar a nadie con desprecio, sino con ternura grande. «Mujer, dame de beber».
La mujer queda sorprendida. ¿Cómo se atreve a entrar en contacto con una samaritana? ¿Cómo se rebaja a hablar con una mujer desconocida? Las palabras de Jesús la sorprenderán todavía más: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, sin duda tú misma me pedirías a mí, y yo te daría agua viva».
Son muchas las personas que, a lo largo de estos años, se han ido alejando de Dios sin apenas advertir lo que realmente estaba ocurriendo en su interior. Hoy Dios les resulta un «ser extraño». Todo lo que está relacionado con él les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil cada vez más lejano.
Los entiendo. Sé lo que pueden sentir. También yo me he ido alejando poco a poco de aquel «Dios de mi infancia» que despertaba, dentro de mí, miedos, desazón y malestar. Probablemente, sin Jesús nunca me hubiera encontrado con un Dios que hoy es para mí un Misterio de bondad: una presencia amistosa y acogedora en quien puedo confiar siempre.
Nunca me ha atraído la tarea de verificar mi fe con pruebas científicas: creo que es un error tratar el misterio de Dios como si fuera un objeto de laboratorio. Tampoco los dogmas religiosos me han ayudado a encontrarme con Dios. Sencillamente me he dejado conducir por una confianza en Jesús que ha ido creciendo con los años.
No sabría decir exactamente cómo se sostiene hoy mi fe en medio de una crisis religiosa que me sacude también a mí como a todos. Solo diría que Jesús me ha traído a vivir la fe en Dios de manera sencilla desde el fondo de mi ser. Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, él no se encierra. Si yo me confío, él me acoge. Si yo me entrego, él me sostiene. Si yo me hundo, él me levanta.
Creo que la experiencia primera y más importante es encontrarnos a gusto con Dios porque lo percibimos como una «presencia salvadora». Cuando una persona sabe lo que es vivir a gusto con Dios, porque, a pesar de nuestra mediocridad, nuestros errores y egoísmos, él nos acoge tal como somos, y nos impulsa a enfrentarnos a la vida con paz, difícilmente abandonará la fe. Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían. Si, acogiendo en su vida a Jesús, conocieran el don de Dios, no lo abandonarían. Se sentirían a gusto con él. 


JOSE A. PAGOLA.
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Lectura del libro del Éxodo (17,3-7):

En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?»
Clamó Moisés al Señor y dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.»
Respondió el Señor a Moisés. «Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.»
Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la reyerta de los hijos Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?»

Palabra de Dios


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Sal 94,1-2.6-7.8-9

R/.
 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón.»


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
 R/.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.


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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,1-2.5-8):

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.

Palabra de Dios


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viernes, 13 de marzo de 2020

GRUPOS TELLISTAS (13 MAR2020) EL TALLER DEL BUEN JOSÉ.

Nos toca hacer, por las circunstancias, nuestros GRUPOS TELLISTAS de forma virtual.
No os preocupéis ni tengáis miedo.Lo importante es no perder el contacto y rezar todos juntos.
Hoy hablaremos de SAN JOSÉ.
Nos meteremos en su historia, a través del evangelio.
Conoceremos por qué era tan importante para madre Matilde.
Y lo reconoceremos con nosotros en el día a día, pues el colegio es ahora “el taller del buen José”.

¿QUIÉN ES JOSÉ?



San Pablo nos dice que Jesús se hizo en todo semejante a los hombres (Fil 2, 7). Esta semejanza real, excepto en el pecado, nos descubre a Jesús con todas las necesidades materiales, afectivas y sicológicas que tiene cualquier persona, entre ellas, la de tener un padre, un protector, un amigo, una figura masculina que le sirviera de modelo. Para todo ello Dios escogió a San José. Intentemos descubrir el porqué.

San José es nombrado pocas veces en la Biblia: (Mt 1-2; Lc 1-2; 3, 23; Jn 1, 45; 6, 24). En Mt 1, 16 dice que es hijo de Jacob, mientras que en Lc 3, 23 menciona que es hijo de Helí. La diferencia podría explicarse según la ley del levirato (Dt 25, 5-7), según la cual uno sería el padre biológico y el otro le habría dado el nombre. En todo caso, ambas genealogías (Mt 1, 1-17; Lc 3, 23ss) señalan que José es del linaje de David, que a su vez es hijo de Abraham, hijo de Adán. De esta manera es gracias a José que Jesús entra "legalmente" dentro de las alianzas celebradas con Adán, Noé, Abraham y Moisés, y todas sus implicaciones.




José era el prometido de María según la costumbre de Israel, en la cual la mujer era prometida acabando su niñez y contraía matrimonio en su pubertad, mientras que el hombre en su adolescencia. El matrimonio se celebraba en 2 partes, siendo la primera el compromiso, que tenía valor de matrimonio aunque la mujer seguía habitando con sus padres, y no podía ser roto sino por el repudio, y siendo la segunda parte la cohabitación, que sucedía al cabo de un año más o menos. Durante este período María queda encinta y San José decide repudiarla (Mt 1, 19), pero como era "justo" decide hacerlo en secreto. El repudio debía hacerse según la normativa de Dt 24, 1-4, pero en el caso de embarazo hubiese sido interpretado como adulterio y se debía aplicar la lapidación (Dt 22, 21). De allí la decisión de hacerlo en secreto. Obrando de este modo, es lógico pensar que socialmente se hubiera atribuido la paternidad del niño a José, librando a María del descrédito y de la pena de muerte. La justicia de José por tanto va más allá de simplemente buscar cumplir la Ley (sobre la justicia ver (Mt 3, 15; 5, 6.10-11.20; 6, 1.33) y sobre los justos (Mt 10, 41; 13, 49; 23, 35; 25, 37.46; 27, 4.24)).

 

La palabra griega que emplea el evangelio y se traduce por justo es "dikaios", que significa algo o alguien acorde con la voluntad de Dios. Actualmente diríamos un santo.


La comunicación de José se da por sueños, en ellos el Ángel del Señor le ordena lo que debe hacer (Mt 1, 20-21; 2, 13-14.19-22). La expresión "Ángel del Señor", es usual en el A.T. y representa a Dios mismo. José manifiesta obediencia y prontitud para cumplir el mandato divino.



José, como cualquier padre, tenía la responsabilidad de educar a Jesús en la fe (Dt 6, 4-7) y en la vida social (Lc 2, 51-52). Jesús era tenido por todos como hijo de José (Jn 1, 45; 6, 24).

 

La tradición reconoce en José a un carpintero, aunque el evangelio emplea la palabra griega "tekton" que admite también otras acepciones, como obrero o artesano.
 Como su profesión era propia de gente con pocos medios económicos, era natural la sorpresa de los escribas al encontrar en Jesús una dominio de la ley impropio de la gente de origen humilde (Lc 2, 47; Jn 7, 15.46).


EL CARBONERITO, EL SAN JOSE DE MADRE MATILDE

Este cuadro de San José, lo tenemos en el museo de Madre Matilde.
Es el original, el auténtico. El que compró Madre Matilde a la carbonera (persona que iba por las calles, de casa a casa, vendiendo carbón y madera, para hacer fuego en las cocinas y así calentar la comida y las casas, pues en esa época no había calefacción) y salvó así del fuego.
Acompañó a Madre Matilde desde la fundación de su primera casa, en Béjar.
Ese Nuevo Nazaret que ella soñaba y en el que no podía faltar la presencia y el ejemplo de San José.

 

«En aquellos días, el Carpintero enseñaba a rezar a Dios. Y hablaba con Dios cara a cara. Y miraba con sus ojos los ojos de Dios. Y con Dios reía. Y Dios se dormía en sus brazos. Y Dios despertaba con su beso. Y Dios comía de su mano. Y oraba a Dios y le cantaba teniéndole en sus rodillas. Con sus manos tocaba a Dios y llevaba a Dios de la mano.  Jugaba con Dios y Dios era feliz con él. Y ni en la Gloria había más gloria que en la casa de José!»

¡NUESTRO SAN JOSÉ!

 
El colegio, es hoy el taller del buen José.
Un lugar donde aprender, donde compartir, donde crear.
Un lugar donde también caben los juegos y los sueños.
Y siempre está con nosotros San José acompañándonos.
No solo en la capilla o en las eucaristías que realizamos durante el curso, sino en cada momento que nosotros necesitamos, como le pasó a Jesús, como le pasó a Matilde, de su ejemplo como persona, de su modelo como padre.
Por eso es tan importante conocerlo. Saber qué hizo y por qué lo hizo.
¡TODA SU VIDA FUE UN ACTO DE AMOR!

Atrévete a ser libre…sigue el ejemplo del buen José.

Ánimo y adelante.


Cuidaros mucho.