Nos toca hacer, por
las circunstancias, nuestros GRUPOS TELLISTAS de forma virtual.
No os preocupéis ni
tengáis miedo.Lo importante es no perder el contacto y rezar todos juntos.
Hoy hablaremos de SAN
JOSÉ.
Nos meteremos en su
historia, a través del evangelio.
Conoceremos por qué
era tan importante para madre Matilde.
Y lo reconoceremos con
nosotros en el día a día, pues el colegio es ahora “el taller del buen José”.
¿QUIÉN ES JOSÉ?
San Pablo nos dice que
Jesús se hizo en todo semejante a los hombres (Fil 2, 7). Esta semejanza real,
excepto en el pecado, nos descubre a
Jesús con todas las necesidades materiales, afectivas y sicológicas que tiene
cualquier persona, entre ellas, la de tener un padre, un protector, un amigo,
una figura masculina que le sirviera de modelo. Para todo ello Dios escogió
a San José. Intentemos descubrir el porqué.
San José es nombrado pocas veces en la Biblia: (Mt 1-2; Lc 1-2; 3, 23; Jn 1, 45; 6, 24). En Mt 1, 16 dice que es hijo de Jacob, mientras que en Lc 3, 23 menciona que es hijo de Helí. La diferencia podría explicarse según la ley del levirato (Dt 25, 5-7), según la cual uno sería el padre biológico y el otro le habría dado el nombre. En todo caso, ambas genealogías (Mt 1, 1-17; Lc 3, 23ss) señalan que José es del linaje de David, que a su vez es hijo de Abraham, hijo de Adán. De esta manera es gracias a José que Jesús entra "legalmente" dentro de las alianzas celebradas con Adán, Noé, Abraham y Moisés, y todas sus implicaciones.
San José es nombrado pocas veces en la Biblia: (Mt 1-2; Lc 1-2; 3, 23; Jn 1, 45; 6, 24). En Mt 1, 16 dice que es hijo de Jacob, mientras que en Lc 3, 23 menciona que es hijo de Helí. La diferencia podría explicarse según la ley del levirato (Dt 25, 5-7), según la cual uno sería el padre biológico y el otro le habría dado el nombre. En todo caso, ambas genealogías (Mt 1, 1-17; Lc 3, 23ss) señalan que José es del linaje de David, que a su vez es hijo de Abraham, hijo de Adán. De esta manera es gracias a José que Jesús entra "legalmente" dentro de las alianzas celebradas con Adán, Noé, Abraham y Moisés, y todas sus implicaciones.
José era el prometido de María según la costumbre de Israel, en la cual la mujer era prometida acabando su niñez y contraía matrimonio en su pubertad, mientras que el hombre en su adolescencia. El matrimonio se celebraba en 2 partes, siendo la primera el compromiso, que tenía valor de matrimonio aunque la mujer seguía habitando con sus padres, y no podía ser roto sino por el repudio, y siendo la segunda parte la cohabitación, que sucedía al cabo de un año más o menos. Durante este período María queda encinta y San José decide repudiarla (Mt 1, 19), pero como era "justo" decide hacerlo en secreto. El repudio debía hacerse según la normativa de Dt 24, 1-4, pero en el caso de embarazo hubiese sido interpretado como adulterio y se debía aplicar la lapidación (Dt 22, 21). De allí la decisión de hacerlo en secreto. Obrando de este modo, es lógico pensar que socialmente se hubiera atribuido la paternidad del niño a José, librando a María del descrédito y de la pena de muerte. La justicia de José por tanto va más allá de simplemente buscar cumplir la Ley (sobre la justicia ver (Mt 3, 15; 5, 6.10-11.20; 6, 1.33) y sobre los justos (Mt 10, 41; 13, 49; 23, 35; 25, 37.46; 27, 4.24)).
La palabra griega que
emplea el evangelio y se traduce por justo es "dikaios", que
significa algo o alguien acorde con la voluntad de Dios. Actualmente diríamos
un santo.
La comunicación de José se da por sueños, en ellos el Ángel del Señor le ordena lo que debe hacer (Mt 1, 20-21; 2, 13-14.19-22). La expresión "Ángel del Señor", es usual en el A.T. y representa a Dios mismo. José manifiesta obediencia y prontitud para cumplir el mandato divino.
José, como cualquier
padre, tenía la responsabilidad de educar a Jesús en la fe (Dt 6, 4-7) y en la vida social (Lc 2, 51-52).
Jesús era tenido por todos como hijo de José (Jn 1, 45; 6, 24).
La tradición reconoce
en José a un carpintero, aunque el evangelio emplea la palabra griega
"tekton" que admite también otras acepciones, como obrero o artesano.
EL CARBONERITO, EL SAN
JOSE DE MADRE MATILDE
Este cuadro de San
José, lo tenemos en el museo de Madre Matilde.
Es el original, el
auténtico. El que compró Madre Matilde a la carbonera (persona que iba por las
calles, de casa a casa, vendiendo carbón y madera, para hacer fuego en las
cocinas y así calentar la comida y las casas, pues en esa época no había calefacción)
y salvó así del fuego.
Acompañó a Madre
Matilde desde la fundación de su primera casa, en Béjar.
Ese Nuevo Nazaret que
ella soñaba y en el que no podía faltar la presencia y el ejemplo de San José.
«En aquellos días, el Carpintero enseñaba a rezar a Dios. Y hablaba con
Dios cara a cara. Y miraba con sus ojos los ojos de Dios. Y con Dios reía. Y
Dios se dormía en sus brazos. Y Dios despertaba con su beso. Y Dios comía de su
mano. Y oraba a Dios y le cantaba teniéndole en sus rodillas. Con sus manos
tocaba a Dios y llevaba a Dios de la mano. Jugaba con Dios y Dios era
feliz con él. Y ni en la Gloria había más gloria que en la casa de José!»
¡NUESTRO SAN JOSÉ!
El colegio, es hoy el taller del buen José.
Un lugar donde aprender, donde compartir, donde crear.
Un lugar donde también caben los juegos y los sueños.
Y siempre está con nosotros San José acompañándonos.
No solo en la capilla o en las eucaristías que realizamos
durante el curso, sino en cada momento que nosotros necesitamos, como le pasó a
Jesús, como le pasó a Matilde, de su ejemplo como persona, de su modelo como
padre.
Por eso es tan importante conocerlo. Saber qué hizo y por
qué lo hizo.
¡TODA SU VIDA FUE UN ACTO DE AMOR!
Atrévete a ser libre…sigue el ejemplo del buen José.
Ánimo y adelante.
Cuidaros mucho.
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