sábado, 22 de junio de 2024

GRUPO DE ORACIÓN "CON MATILDE A LA LUZ DEL SAGRARIO" (23JUNIO2024)

 LA PALABRA:



Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-40):


Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»


Palabra del Señor


MIEDO A CREER


Los hombres preferimos casi siempre lo fácil y nos pasamos la vida tratando de eludir aquello que exige verdadero riesgo y sacrificio. Retrocedemos o nos encerramos en la pasividad cuando descubrimos las exigencias y luchas que lleva consigo vivir con cierta hondura.

Nos da miedo tomar en serio nuestra vida asumiendo la propia existencia con responsabilidad total. Es más fácil «instalarse» y «seguir tirando», sin atrevernos a afrontar el sentido último de nuestro vivir diario.

Cuántos hombres y mujeres viven sin saber cómo, por qué ni hacia dónde. Están ahí. La vida sigue, pero, de momento, que nadie los moleste. Están ocupados por su trabajo, al atardecer les espera su programa de televisión, las vacaciones están ya próximas. ¿Qué más hay que buscar?

Vivimos tiempos difíciles, y de alguna manera hay que defenderse. Y entonces cada uno se va buscando, con mayor o menor esfuerzo, el tranquilizante que más le conviene, aunque dentro de nosotros se vaya abriendo un vacío cada vez más inmenso de falta de sentido y de cobardía para vivir nuestra existencia en toda su hondura.

Por eso, los que fácilmente nos llamamos creyentes deberíamos escuchar con sinceridad las palabras de Jesús: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?». Quizá nuestro mayor pecado contra la fe, lo que más gravemente bloquea nuestra acogida del evangelio, sea la cobardía. Digámoslo con sinceridad. No nos atrevemos a tomar en serio todo lo que el evangelio significa. Nos da miedo escuchar las llamadas de Jesús.

Con frecuencia se trata de una cobardía oculta, casi inconsciente. Alguien ha hablado de la «herejía disfrazada» (Maurice Bellet) de quienes defienden el cristianismo incluso con agresividad, pero no se abren nunca a las exigencias más fundamentales del evangelio.

Entonces el cristianismo corre el riesgo de convertirse en un tranquilizante más. Un conglomerado de cosas que hay que creer, cosas que hay que practicar y defender. Cosas que, «tomadas en su medida», hacen bien y ayudan a vivir.

Pero entonces todo puede quedar falseado. Uno puede estar viviendo su «propia religión tranquilizante», no muy alejada del paganismo vulgar, que se alimenta de confort, dinero y sexo, evitando de mil maneras el «peligro supremo» de encontrarnos con el Dios vivo de Jesús, que nos llama a la justicia, la fraternidad y la cercanía a los pobres.


José Antonio Pagola

Publicado en www.gruposdejesus.com



Lectura del libro de Job (38,1.8-11):


El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: «Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas»?»

Palabra de Dios




Salmo responsorial Sal 106,23-24.25-26.28-29.30-31

R/. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia


Entraron en naves por el mar,
comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios,
sus maravillas en el océano. R/.

Él habló y levantó un viento tormentoso,
que alzaba las olas a lo alto;
subían al cielo, bajaban al abismo,
el estómago revuelto por el marco. R/.

Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Apaciguó la tormenta en suave brisa,
y enmudecieron las olas del mar. R/.

Se alegraron de aquella bonanza,
y él los condujo al ansiado puerto.
en gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
R/.


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,14-17):

Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos. Por tanto, no valoramos a nadie según la carne. Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no. El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.

Palabra de Dios



¡ÁNIMO Y ADELANTE...SIEMPRE ADELANTE!

https://www.youtube.com/watch?v=IRUpYaRk5sc




El relato sobre la tempestad calmada tiene muchas lecturas: la barca puede ser cualquier comunidad que se encuentre en dificultades. Puede simbolizar incluso nuestros propios momentos de incertidumbre. La confianza en Jesús, en sus enseñanzas, es el camino para salir de la crisis.

El texto evangélico termina bien, pero no podemos ni queremos olvidarnos del drama de tantas barcazas de migrantes que acaban hundiéndose. Trabajemos para calmar esas tempestades de desigualdad y pobreza que les hacen embarcarse.

https://www.feadulta.com/es/


El final de curso con nuestros alumnos es una sucesión de ACTOS DE FE:

+ Las notas, los libros, los cuadernos, los materiales de clase, la decoración. Todo lo que dio sentido al curso hay que recogerlo, hay que hacer balance de lo utilizado, de lo que se puede reutilizar y guardar. 

+ Se habla de resultados, de estadísticas, de memoria, de aprovechamiento, de causas y consecuencias.

+ Se piensa y recapitula lo realizado, buscando dejar por escrito las dificultades y los logros, para apoyándonos en unos subsanar los otros.

+ Las celebraciones de la EUCARISTÍA, de las excursiones, de las graduaciones de los cursos que cierran etapa, de los últimos momentos de compartir con los compañeros y sus familias.

El final de curso, es un falso final del camino, porque lo que termina es el punto de partida de lo nuevo.

Todo lo que se reflexiona y se cierra ha sido fruto de LA CONFIANZA EN DIOS, y por eso al detenernos  tomamos CONCIENCIA de esta verdad. 

Todo y cada uno de los actos realizados para llegar a este punto han sido ACTOS DE AMOR

Y lo sabes, porque estás agotado, te has vaciado por completo, lo has dado todo. 

Puede que tengas la sensación que la burocracia de estos días, las reuniones y las formaciones aún pendientes sean todavía parte de la tormenta, y tus pocas fuerzas te hagan aferrarte a la barca, pero la tormenta ya pasó. 

Por obra y gracia del Espíritu Santo, fuimos capaces de desactivarla, porque JESÚS ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS EN CADA UNA DE NUESTRAS BARCAS. 

Todos y cada uno de nosotros, religiosas y laicos, somos una criatura nueva, después de cada tempestad.

Fruto de la MISIÓN COMPARTIDA, lo antiguo pasa y lo nuevo comienza.

EL SUEÑO DE MATILDE se encamina a su 150 ANIVERSARIO fiel a nuestro lema ¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE! AVANZA, no se detiene, SE RENUEVA, SE MOVILIZA.

LA ILUSIÓN es la antorcha de los TELLISTAS. Y la ALEGRÍA y el ABRAZO es la luz y la energía de esa antorcha. 

NO LA APAGAN LAS OLAS de las tormentas, porque AL ORAR, AL ENTREGARNOS, AL SERVIR, JUNTOS, laicos y religiosas, hacemos que PASE DE MANO EN MANO y nos muestre el camino a toda la FAMILIA TELLISTA.

AGÁRRATE a tu sueldo, a tus vacaciones, a tu vocación, a tu familia, a tu comunidad, a tu ilusión, a tus metas. Pide AYUDA u ofrécela según tus fuerzas, COMPARTE tiempo, manos, propuestas y esperanzas y, sobre todo, CONFÍA... ¡NO NOS FALTE LA FE!

No tengáis miedo.

Sea toda nuestra vida un acto de amor.

¡Adelante, siempre adelante!


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