ORACIÓN DE NAVIDAD
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
MONICIÓN DE ENTRADA
Estamos reunidos aquí, para
despedir un trimestre por el que nadie daba un euro en septiembre.
Estamos aquí para dar
gracias a Dios por haber sacado a delante nuestra tarea, nuestro trabajo, nuestra
vocación de maestros, pese a las dificultades que ha provocado la pandemia.
Hemos sido nosotros mismos,
dándolo todo y más, y por esa razón hemos brillado junto con nuestros alumnos.
Si pudiéramos escuchar a
Matilde, nos diría que le hemos puesto mucho amor, pues eso es la entrega y el
servicio a los demás.
Sea pues esta oración del
claustro el reconocimiento de que con la ayuda de Dios, todo es posible, si
trabajamos juntos y unidos.
Y sea también la muestra de
que la alegría de nuestra vocación nos pone en el camino de la salvación.
(Escuchamos LA PALABRA)
Lectura del evangelio de Lucas 2, 4 - 20
"Subió también José
desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con
María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban
allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo
primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca
unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su
rebaño. Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió
en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os
anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en
la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de
señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de
pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a
Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres
en quienes él se complace.»
Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles,
se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta
Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» Y fueron a
toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y
todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
oído y visto, conforme a lo que se les había dicho." PALABRA DE DIOS.
Afirmación de la Fe en Navidad (ALBERTO)
María y José de Nazaret
abrazaron al recién nacido
mientras el abrazo de Dios
arropaba al mundo.
Las gentes de Belén se
acercaron al pesebre
cuando la cercanía de Dios
era absoluta en la historia.
Los sencillos se
arrodillaron para ver al Niño
en el momento en que la
ternura de Dios todo lo inundaba.
Los poderosos y ambiciosos
quedaron desconcertados
al quedar manifestado el
poder de Dios como servicio.
Los extranjeros
reconocieron el lugar al que dirigirse
el día en que todos los
caminos conducían al amor de Dios.
El universo se llenó de
luz, se colmó de vida, se mostró en verdad
al tiempo que la vida
auténtica de Dios disipaba nuestras tinieblas.
Jesús, tú que naciste hace
más de dos mil años como Palabra y Carne de Dios,
nosotros te recibimos hoy,
como abrazo, cercanía, ternura, servicio y vida del
Dios
Amor.
Monición de SALIDA. (LEEMOS TODOS JUNTOS)
Si dejas a Dios entrar en tu vida, esté como esté...
Si decides amar a los que te rodean, te caigan bien o mal...
Si acoges a los emigrantes como hermanos e iguales...
Si compartes lo que eres y tienes con quienes te necesitan...
Es Navidad, vives la Navidad.
Si dejas a Dios desmantelar tu vida, te guste o no...
Si te tomas tiempo para estar con quienes solos están...
Si te abres al perdón y la reconciliación...
Si aportas luz a quienes andan buscando o perdiéndose...
Es Navidad, vives la Navidad.
Si dejas a Dios cargar las cargas que te hunden...
Si das lo mejor de ti sin hacer ruido y gratuitamente...
Si te aligeras de méritos, normas y compromisos...
Si eliges estar con los que nadie quiere estar...
Es Navidad, vives la Navidad.
Si dejas a Dios ser el sereno de la historia...
Si los rostros anónimos recuperan sus rasgos y nombres...
Si sabes detenerte donde señalan las estrellas...
Si acoges y das toda esa ternura que te llega...
Es Navidad, vives la Navidad.
Si dejas a Dios conmoverte ante tanto sufrimiento.
Si tras los números y los datos
del coronavirus ves el dolor humano
Si tras la mascarilla ves el rostro del hermano
Si renuncias a tu comodidad, pensando en el otro
Es Navidad, vives la Navidad.
Si dejas a Dios ser Dios como a él le gusta...
Si en silencio buscas luz, verdad y vida...
Si ningún camino te parece definitivo,
pero en los que eliges buscas su encuentro y rostro...
Es Navidad, vives la Navidad.
¡Que tengáis una Feliz Navidad!
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