Me perdonaréis el atrevimiento, pero como el REY DAVID,
creo que la música también es oración y por eso la he colocado antes del
Evangelio.
Como podéis deducir de las últimas oraciones, uno está
ejerciendo de pastor renqueante.
El “NO TENGÁIS MIEDO” y el “ADELANTE” son las
muletas que me sostienen, pero “no puedo con la vida”.
Cuando las cosas van mal, cuando vienen mal dadas, es
cuando se ve si los cimientos que uno ha ido construyendo a lo largo de la vida
son lo suficientemente sólidos como para no “caerse con todo el equipo”.
Y aquí es donde enlazo el “Vive la vida” y el “No es
Dios, de muertos, sino de vivos”. Porque si los cimientos están bien,
resistiremos, pelearemos, lucharemos para salir adelante, sea cual sea la
dificultad.
Eso es la vida. Nos apoyaremos en la familia, en los
amigos, en nuestros conocimientos, en nuestros dones y, por supuesto en Dios,
pero no como última esperanza, sino como compañero en todo el camino.
Ahora, tened en cuenta que si los cimientos no están bien, habremos
de caer.
Pero no tengáis ninguna duda de que ahí está también Dios
con nosotros.
Caer y levantarse también es la vida. Jesús nos lo enseñó
hasta el último aliento, cargando la cruz.
A nosotros nos costará más de tres días “reconstruir
nuestro templo”, pero si confiamos en su misericordia lo lograremos. Ahí está
la fuerza de nuestra oración semanal, en que sin pretenderlo, refuerza nuestros
cimientos.
¡Recemos, entonces! ¡Amén!
Viva
La Vida
Solía dominar el mundo
Los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba
Ahora a la mañana duermo solo,
Barro las calles que solía poseer
Solía tirar los dados
Sentir el miedo de mi enemigo en sus ojos
Escuchar mientras el público cantaba
“¡Ahora el viejo rey está muerto! ¡Larga vida al rey!”
Un minuto tenía la llave
El siguiente las paredes se cerraban ante mí
Y descubrí que mis castillos se sostenían
En pilares de sal y pilares de arena
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Una vez que te fuiste nunca nunca hubo una palabra honesta
Ahí fue cuando dominé el mundo
(Ohhh)
Fue el malvado y rebelde viento
Sopló y derribó las puertas para dejarme entrar
Ventanas destrozadas y el sonido de los tambores
La gente no podía creer en lo que me había convertido
Los revolucionarios esperan
Mi cabeza en bandeja de plata
Simplemente una marioneta en una cuerda solitaria
Oh, quién querría ser rey?
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Yo sé que San Pedro no me llamará
Nunca una palabra honesta
Y ahí fue cuando dominé el mundo
Ohhhhh Ohhh Ohhh
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Yo sé que San Pedro no me llamará
Nunca una palabra honesta
Pero ahí es cuando dominé el mundo
Oooooh Oooooh Oooooh
Solía dominar el mundo
Los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba
Ahora a la mañana duermo solo,
Barro las calles que solía poseer
Solía tirar los dados
Sentir el miedo de mi enemigo en sus ojos
Escuchar mientras el público cantaba
“¡Ahora el viejo rey está muerto! ¡Larga vida al rey!”
Un minuto tenía la llave
El siguiente las paredes se cerraban ante mí
Y descubrí que mis castillos se sostenían
En pilares de sal y pilares de arena
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Una vez que te fuiste nunca nunca hubo una palabra honesta
Ahí fue cuando dominé el mundo
(Ohhh)
Fue el malvado y rebelde viento
Sopló y derribó las puertas para dejarme entrar
Ventanas destrozadas y el sonido de los tambores
La gente no podía creer en lo que me había convertido
Los revolucionarios esperan
Mi cabeza en bandeja de plata
Simplemente una marioneta en una cuerda solitaria
Oh, quién querría ser rey?
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Yo sé que San Pedro no me llamará
Nunca una palabra honesta
Y ahí fue cuando dominé el mundo
Ohhhhh Ohhh Ohhh
Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando
Coros de la Guardia Romana están cantando
Sé mi espejo, mi espada y escudo
Mis misioneros en tierras extranjeras
Por alguna razón que no puedo explicar
Yo sé que San Pedro no me llamará
Nunca una palabra honesta
Pero ahí es cuando dominé el mundo
Oooooh Oooooh Oooooh
LA PALABRA: Lc 20, 27-38 “No es Dios de
muertos, sino de vivos".
Se le acercaron unos saduceos, que niegan la resurrección, y
le preguntaron: «Maestro, Moisés nos prescribió: Si el hermano de uno muere,
dejando mujer, sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y dar
descendencia al hermano. Eran siete hermanos. El primero se casó, y murió sin
dejar hijos. El segundo y el tercero, y así hasta el séptimo, se casaron con la
viuda, y murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. En la
resurrección, ¿de quién de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por
mujer». Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo se casan unos con otros; pero
los que han sido dignos de tener parte en el otro mundo y en la resurrección de
los muertos, hombres y mujeres, no se casarán. Ya no pueden morir, pues son
como los ángeles, hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Y que los
muertos resucitan, el mismo Moisés lo da a entender en lo de la zarza, cuando
llama al Señor: Dios de Abrahán, Dios de Jacob, Dios de Isaac. No es un Dios de muertos, sino de vivos,
porque para él todos viven».
BREVE HISTORIA:
Los saduceos (en hebreo
צדוקים, tsedduqim), también conocidos como zadokitas, son los descendientes del
Sumo Sacerdote Sadoq,1 de la época de Salomón.2 El nombre de Sadoq significa
«justicia» o «rectitud», por lo que saduceos puede interpretarse como justos o
rectos.
Podría ubicarse su génesis
como un partido político en el siglo II a. C.; desaparece en algún momento
después del siglo I a. C. Se dice de sus rivales, los fariseos, que se
originaron en el mismo periodo, pero que sobrevivieron como posteriores
agrupaciones del Judaísmo Rabínico. Caifás era saduceo. Desde su cargo de sumo
sacerdote fue responsable –según el Nuevo Testamento– del enjuiciamiento y
sentencia de Jesucristo.
Flavio Josefo ha proporcionado
la mayor información disponible sobre los saduceos. Escribió que eran un grupo
belicoso, cuyos seguidores eran ricos y poderosos, y que les consideraba groseros
en sus interacciones sociales. Sabemos también algo de ellos por discusiones en
el Talmud, el corazón del Judaísmo rabínico, fundamentado en enseñanzas del
Judaísmo farisaico.
Si quieres saber más. http://es.wikipedia.org/wiki/Saduceos
¿En qué ocasiones he exclamado: “esto no es vida”?
¿Cómo quisiera que fuese “la vida”?
¿Pienso alguna vez en cómo será la vida eterna?
¿Tengo una idea fantasiosa, o la idea de la fe?
Cuando tengamos razones para afirmar que “esto no es vida”, recordemos que “esto no es la vida” que Dios quiere para nosotros, y que hoy como entonces Dios nos ofrece su vida, para que tengamos vida, porque como hemos escuchado en el Evangelio: No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos. Como decía san Pablo en la 2ª lectura ( 2 Tes 2,16-3,5 ● “El Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas”): Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y esperéis en Cristo. Ojalá vivamos de tal modo nuestra vida iluminada por la fe en Cristo Resucitado y por la esperanza en nuestra propia resurrección, que aun en medio de las situaciones más difíciles, ya no dijéramos “esto no es vida”, sino que con esperanza pudiéramos afirmar, como san Pablo: Para mí la vida es Cristo (Flp 1, 21), ya, ahora, y , un día, en plenitud, como hijos de Dios. ¡AMÉN! |
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Veremos
a Dios “tal cual es". ¡Qué ganas! Un saludo muy cordial. P. Alberto Busto
Me
saciaré de tu semblante. Lo acabamos de leer y escuchar: “Vale la pena morir a
manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará.”
El
miércoles de esta semana pasada
hacíamos memoria de todos los mártires españoles del siglo XX. Incontables. Y
si algo llama la atención de estos hombres y mujeres, ancianos y niños que dan
la vida por Cristo es la valentía con la que se despiden de este mundo.
El
segundo hermano de los siete arrestados, estando para morir, dijo: “Tú,
malvado, nos arrancas la vida presente; pero cuando hayamos muerto, el rey del
universo nos resucitará para la vida eterna”.
Después
recitábamos le salmo 16, el salmo de la esperanza: “Yo con mi apelación vengo a
tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante”.
“En
aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos que niegan la resurrección”.
Inventan una historia curiosa. La de siete hermanos que se casan sucesivamente
con la misma mujer. Y ahora preguntan: “Cuando llegue la resurrección (y ellos
no creían en ella), ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han
estado casados con ella?”
La trampa
puesta por los saduceos denuncia un equívoco que perdura hasta hoy. Consiste en
imaginar la vida eterna como prolongación,
después de la muerta, de la existencia terrenal. El cielo consistiría así en
una trasposición en el más allá de las cosas hermosas que gozamos aquí
abajo.
Jesús aclara
los conceptos equivocados: “En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los
que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los
muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir. Son como ángeles.
Tenemos miedo a morir porque no tenemos
idea de lo que pueda ser eso que llamamos cielo. Nos preocupamos de las cosas
que nos va a dar. Y no nos preocupamos de él. Nos olvidamos de que Dios no es
un dador de recompensas, sino de vida. La vida con él.
No se trata de
asegurar de antemano cómo será la casa, cómo ha sido distribuida la habitación,
y qué comprende el programa. Se trata de un Dios que no quiere ya separarse de
las criaturas.
Si
repitiéramos como una letanía este
pensamiento ”Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”, poco a poco terminaríamos
por familiarizarnos con la idea de la muerte.
Lo cantamos al final de los funerales, de las
misas por los difuntos: “Tú nos dijiste que la muerte no es el final del
camino”. Y lo rezamos durante la eucaristía: “La vida de los que en ti creemos,
Señor, no termina. Se transforma”.
Y seguimos
degustando el evangelio de hoy: “Los que sean juzgados dignos de la vida futura
ya no pueden morir. Son como ángeles”. El
Dios que nos espera no es Dios de muertos sino de vivos. Confiar en este Dios
significa descubrir que estamos hechos
para la vida, y que la vida consiste en le ser con él, sin que esta relación se
interrumpa jamás.
Frente a una
historia un poco ridícula imaginada acerca de una mujer disputada por siete hermanos, Jesús
coloca la imagen de un Dios que disputa victoriosamente a la muerte el tesoro
que le es más querido: el hombre. Que ya en un principio fue hecho a su imagen
y semejanza. Morir es volver a Dios.
HOY EL REGALO TAMBIÉN ES UNA ORACIÓN… LA QUE TENDREMOS
QUE HACER NOSOTROS AL SANTO JOB, PARA QUE NOS DE PACIENCIA ANTE LAS PRUEBAS QUE
SE AVECINAN.
Magnífico corto que, para ser completo, debería durar
3,1416... en lugar de 3,30.
El desconocimiento y la ignorancia son una buena base
para tomar decisiones erróneas en nuestras vidas...
Y ser así más fácilmente manipulables.
Creo que puede ser muy instructivo para comprender, con
humor, lo que vienen concluyendo los informes Pisa.
No dejéis de verlo.
Breve historia: Número π
π (pi) es la relación entre la longitud de una
circunferencia y su diámetro, en geometría euclidiana. Es un número irracional
y una de las constantes matemáticas más importantes. Se emplea frecuentemente
en matemáticas, física e ingeniería. El valor numérico de π, truncado a sus
primeras cifras, es el siguiente:
El valor de π se ha obtenido con diversas
aproximaciones a lo largo de la historia, siendo una de las constantes
matemáticas que más aparece en las ecuaciones de la física, junto con elnúmero
e. Cabe destacar que el cociente entre la longitud de cualquier circunferencia
y la de su diámetro no es constante en geometrías no euclídeas.
Si quieres saber más: http://es.wikipedia.org/wiki/Número_π
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