domingo, 24 de noviembre de 2013

La noticia es : la clausura del AÑO DE LA FE.

La homilía completa del Papa Francisco para cerrar el año de la fe en el Vaticano

  • El Papa Francisco celebró una homilía con motivo de la clausura de Año de la fe en la que participaron 1.200 personas entre cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales, arzobispos, obispos y sacerdotes.
  • El papa dice que Dios es centro de todo y su sustitución provoca sólo dañosEl papa dice que Dios es centro de todo y su sustitución provoca sólo daños
La solemnidad de Cristo Rey del Universo, coronación del año litúrgico, señala también la conclusión del Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, a quien recordamos ahora con afecto y reconocimiento por este don que nos ha dado. Con esa iniciativa providencial, nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro pleno con Dios, y en el que el Espíritu Santo nos purifica, eleva, santifica, para introducirnos en la felicidad que anhela nuestro corazón.
Dirijo también un saludo cordial y fraternal a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas, aquí presentes. El saludo de paz que nos intercambiaremos quiere expresar sobre todo el reconocimiento del Obispo de Roma a estas Comunidades, que han confesado el nombre de Cristo con una fidelidad ejemplar, pagando con frecuencia un alto precio.
Del mismo modo, y por su medio, deseo dirigirme a todos los cristianos que viven en Tierra Santa, en Siria y en todo el Oriente, para que todos obtengan el don de la paz y la concordia.
Las lecturas bíblicas que se han proclamado tienen como hilo conductor la centralidad de Cristo. Cristo está al centro. Cristo es el centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia.
El apóstol Pablo, en la segunda lectura, tomada de la carta a los Colosenses, nos ofrece una visión muy profunda de la centralidad de Jesús. Nos lo presenta como el Primogénito de toda la creación: en Él, por medio de Él y en vista de Él fueron creadas todas las cosas. Él es el centro de todo, es el principio. Jesucristo, el Señor. Dios le ha dado la plenitud, la totalidad, para que en Él todas las cosas sean reconciliadas (cf. 1,12-20). Señor de la Creación, Señor de la reconciliación.
Esta imagen nos ayuda a entender que Jesús es el centro de la creación; y así la actitud que se pide al creyente, que quiere ser tal, es la de reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los pensamientos, las palabras y las obras. Es así, nuestros pensamientos serán pensamientos cristianos, pensamientos de Cristo. Nuestras obras serán obras cristianas, obras de Cristo. Nuestras palabras serán palabras cristianas, palabras de Cristo. En cambio, la pérdida de este centro, al sustituirlo por otra cosa cualquiera, solo provoca daños, tanto para el ambiente que nos rodea como para el hombre mismo.
Además de ser centro de la creación y centro de la reconciliación, Cristo es centro del pueblo de Dios. Y precisamente hoy está aquí, al centro de nosotros. Ahora está aquí, en la Palabra, y estará aquí, en el altar, vivo, presente, en medio de nosotros, su pueblo. Nos lo muestra la primera lectura, en la que se habla del día en que las tribus de Israel se acercaron a David y ante el Señor lo ungieron rey sobre todo Israel (cf. 2S 5,1-3). En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo.
Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el «hermano» alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En Él nosotros somos uno: un solo pueblo; unidos a él, participamos de un solo camino, un solo destino. Solamente en Él, en Él como centro, tenemos la identidad como pueblo.
Y, por último, Cristo es el centro de la historia de la humanidad y también el centro de la historia de todo hombre. A Él podemos referir las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias que entretejen nuestra vida. Cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen ladrón en el Evangelio de hoy.
Mientras todos los otros se dirigen a Jesús con desprecio -«Si tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a tí mismo bajando de la cruz»- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida hasta el final pero se arrepiente, se agarra a Jesús crucificado implorando: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino» (Lc 23,42). Y Jesús le promete: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43): su Reino. Jesús sólo pronuncia la palabra del perdón, no la de la condena; y cuando el hombre encuentra el valor de pedir este perdón, el Señor no deja jamás de atender una petición como esa. Hoy todos nosotros podemos pensar a nuestra historia, a nuestro camino. Cada uno de nosotros tiene su historia; cada uno de nosotros también tiene sus errores, sus pecados, sus momentos felices y sus momentos oscuros. Nos hará bien, en esta jornada, pensar a nuestra historia y mirar a Jesús y desde el corazón repetirle tanta veces, pero con el corazón, en silencio, cada uno de nosotros: "¡acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino!". Jesús, acuérdate de mí, porque yo tengo ganas de ser bueno, tengo ganas de ser buena, pero no tengo fuerza, no puedo: ¡soy pecador, soy pecador! Pero acuérdate de mí, Jesús: ¡Tú puedes acordarte de mí, porque Tú estás al centro, Tú estás precisamente en tu Reino! ¡Qué bello! Hagámoslo hoy todos, cada uno en su corazón, tantas veces. "¡Acuérdate de mí Señor, Tú que estás al centro, Tú que estás en tu Reino!"
La promesa de Jesús al buen ladrón nos da una gran esperanza: nos dice que la gracia de Dios es siempre más abundante que la oración que la ha solicitado. El Señor siempre da más de lo que se le pide, es tan generoso, da siempre más de lo que se le pide: ¡le pides que se acuerde de tí y te lleva a su Reino! Jesús está precisamente al centro de nuestros deseos de alegría y de salvación. Vayamos todos juntos por este camino.


Leer más:  La homilía completa del Papa Francisco para cerrar el año de la fe en el Vaticano  http://www.teinteresa.es/religion/homilia-completa-Papa-Francisco-Vaticano_0_1035497133.html#WaQ1a5Q9WYN8jftj
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"LA MEMORIA" DE LA FE ESTÁ EN LA VIDA CONTEMPLATIVA

Mi memoria de la vidA CONTEMPLATIVA  ESTÁ ASOCIADA AL MONASTERIO DE san isidoro de dueñas, palencia.


JORNADA DE LA VIDA CONTEMPLATIVA

EN ORACIÓN CON EL PAPA FRANCISCO Y LAS COMUNIDADES DE VIDA CONTEMPLATIVA

JUEVES 21 DE NOVIEMBRE – 4:45 P.M. (HORA DE ROMA)

El 21 de noviembre de 1953, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de María en el Templo, el Papa Pío XII instituyó la Jornada pro orantibus, dedicada a todas las comunidades de clausura. Desde entonces, cada año el 21 de noviembre, todos los fieles están invitados a agradecer al Señor por el don de la vida contemplativa y, en particular, por todas las personas que, respondiendo a esta particular llamada vocacional y desde muchos conventos esparcidos por todo el mundo, elevan su oración incesante por la edificación del Reino de Dios.
Para la conmemoración de esta Jornada durante el Año de la fe, no podía faltar un momento especialmente dedicado a las religiosas y religiosos que cada día interceden por las necesidades y las intenciones de la Iglesia universal y el mundo entero. Por tanto, el jueves 21 de noviembre de 2013 el Papa Francisco visitará el monasterio de las Hermanas Camaldulenses de San Antonio Abad al Aventino (Roma), donde recitará las Vísperas en común y adorará el Santísimo Sacramento.
¡Unámonos espiritualmente a este momento de oración, a partir de las 4:45 p.m. (hora de Roma), junto al Papa Francisco y a las comunidades de vida contemplativa esparcidas por todo el mundo!

miércoles, 20 de noviembre de 2013

DÍA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL NIÑO



«Todos hemos sido niños alguna vez. Y todos deseamos por igual el bienestar de nuestros niños, que siempre ha sido y seguirá siendo el anhelo más universal de la humanidad».
Nosotros, los niños: examen de final de decenio de los
resultados de la Cumbre Mundial en favor de la Infancia
Informe del Secretario General 



Con el dedicado al Día Universal del Niño, Google suma uno más a su larga lista de doodlesconmemorativos. Todos, clasificados por país, fecha y relevancia, pueden verse en la página de Google.

El Día Universal del Niño se celebra desde el 2 de septiembre de 1990, después de que el texto que lo reconoce fuera aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. El texto planteado en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) era el primer instrumento internacional que reconocía plenamente los derechos de los niños y niñas.
El Día Universal del Niño es celebrado en cada país en un día diferente. En España por ejemplo se celebra el 15 de abril, en Argentina el tercer domingo de agosto y en Brasil el Día Universal del Niño (Dia Mundial da Criança) se celebra el 12 de octubre.
Con motivo del Día Universal del Niño, se han impulsado diferentes campañas de ayuda a los niños. Una de ellas ha sido puesta en marcha por la ONG de desarrollo y ayuda humanitaria World Vision, que ha iniciado la campaña 'Quiero ser Mayor con el objetivo de llevar ayuda a miles de niños menores de cinco años en países con altas tasas de pobreza y mortalidad infantil, como Bolivia, Zimbabue, Malí o Ghana, en el marco del Día Mundial de los Derechos de los Niños, que se conmemora este 20 de noviembre. La ONG Remar va a realizar un partido solidario por el Día Universal del Niño, a favor del proyecto PAN en Madrid.

Riesgo de pobreza infantil en España
Entidades sociales de apoyo a la infancia y ONGs denunciaron ayer, antes del Día Universal del Niño, que la pobreza infantil es "invisible" en España aunque la tasa llega a rozar el 30 por ciento y en torno a 2,3 millones de niños viven en hogares que se encuentran en situación de pobreza relativa. Exigen a los responsables políticos que adopten medidas al respecto.
Lo denunciaba la Federación de Entidades de Atención y de Educación a la Infancia y la Adolescencia (Fedaia), al denunciar que "en ninguna encuesta aparece entre las principales preocupaciones de los ciudadanos" la pobreza de los niños en España, a diferencia de lo que ocurre con el paro y los desahucios, que paradójicamente, es a los niños a quienes más afecta.
Infancia en emergencias: Filipinas y Siria
Aprovechando el Día Universal del Niño, desde UNICEF recuerdan que en 2012 respondieron a las necesidades humanitarias de millones de niños en 79 países afectados por 286 situaciones de emergencia. Actualmente, el conflicto de Siria y el tifón de Filipinas son las situaciones de emergencia que afectan a un mayor número de niños.
Siria vive una guerra que ya está en su tercer año con más de 1,1 millones de niños que viven como refugiados en otros países, dependiendo de la ayuda humanitaria; y, dentro de Siria, hay más de 4 millones de niños afectados
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lunes, 18 de noviembre de 2013

PERSEVERAR EN EL AMOR...UN CAMINO MUY TELLISTA HACIA LA SALVACIÓN.




¡Pobres de nosotros, “cortoplacistas” de profesión, por necesidad, imposición o dejadez!
¡¡¡LA PERSEVERANCIA HASTA EL FINAL ES LA SALVACIÓN!!!
Persevera quien permanece; alcanza el final quien reconoce la meta; recibe la salvación quien acoge al Salvador.
De aquí el “NO TENGÁIS MIEDO” de JUAN PABLO II.
De aquí el “¡ADELANTE, ADELANTE! de nuestra MATILDE.
(Incluso el pragmático CELA con su “EL QUE RESISTE, GANA”, me valdría.)
En mi ignorancia de fe, me habéis oído utilizar estas expresiones infinidad de veces, pero, a medida que esa fe anida más, y mejor, en nosotros, estas expresiones se vuelven seña de identidad. Son nuestro escudo y nuestra espada en el campo de batalla que es nuestra vida diaria. Esa vida en la que el tiempo es una soga que nos esclaviza, porque no llegamos, no cumplimos las expectativas, no tenemos un minuto para respirar, pararnos y descubrir el amor en todo lo que nos rodea.
Por esta razón, cuando Jesús habla del fin de los tiempos, nos está anunciando la salvación, es decir, la victoria de la armonía creada, esa que no tenemos tiempo ni para descubrir, sobre  todas las calamidades que nos ocurren, sobre la revuelta de la naturaleza que nunca se adapta a nuestra voluntad por muchos conocimientos y precauciones que tengamos, de la paz sobre la guerra, de la convivencia sobre la persecución, del amor sobre el odio.
Cristo anuncia el triunfo del reinado de Dios sobre el desorden introducido por el pecado de los hombres.
Y para perseverar nos invita a mantenernos en su Palabra, a permanecer en su amor, a cumplir sus mandamientos, a extender su misión evangelizadora y a no dejarnos arrebatar la esperanza.
No me digáis que no es un planazo para el camino. ¡Sencillo! ¡Fácil! ¡AMÉN!

LA PALABRA: Lucas 21:5-19

5  Algunos de sus discípulos fueron Comentando acerca de cómo el templo estaba adornado de hermosas piedras y con ofrendas dedicadas a Dios. Pero Jesús dijo: 6  "En cuanto a lo que se ve aquí, llegará el día en que no quedará piedra sobre otra; cada una de ellas no sea derribada ".



7  "Maestro", le preguntaron: "¿cuándo sucederá eso? ¿Y qué será la señal de que están a punto de suceder?" 


8  Y él respondió: "Mirad que no seáis engañados. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: "Yo soy", y: "El tiempo está cerca." No seguirlas. 9  Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no se asusten. Estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no vendrá enseguida. "




10  Entonces él les dijo: "Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. 11  Habrá grandes terremotos, hambres y pestilencias en varios lugares, y habrá terror y grandes señales del cielo."


12  "Pero antes de todo esto, van a aprovechar y os persiguen. Ellos os entregarán a las sinagogas y te ponen en la cárcel, y se llevarán ante reyes y gobernadores, y todo a causa de mi nombre. 13  Y le dan testimonio de mí. 14  Pero tengan en cuenta que no se preocupe de antemano cómo van a defenderse. 15  Porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni contradecir. 16  Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros a la muerte. 17  Todo el mundo los odiará por causa mía. 18  Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19  Manténganse firmes, y que va a ganar la vida.



El reino de Dios es el nuestro, Démosle a conocer. Saludos cordiales. P. Alberto Busto.

Perseverantes hasta el final. Ya no recuerdo cómo se llamaba, pero hubo un papa del que cuentan que en cierta ocasión, hablando con los cardenales, les hizo esta pregunta, aparentemente tan sencilla de responder: ¿Cuáles son las cualidades esenciales de la Iglesia? Uno de los cardenales le respondió: que sea una, santa, católica, apostólica y romana.
            El Papa le corrigió: que la Iglesia sea romana no es esencial. Sí lo es que sea una, santa, católica, apostólica y perseguida.
            Como perseguido fue su fundador desde que nació hasta que al final de sus días fue crucificado, muerto y sepultado. Su madre, la Madre de Jesús, tuvo que huir con él en brazos a otro país porque el rey (Herodes) ya le buscaba, tan chiquitín, para matarlo.
            Su muerte, la muerte de Jesús, fue la más ignominiosa. Murió con el castigo que se imponía a los más criminales: clavado en una cruz. Y todo porque vino del cielo, lleno de ternura y de amor al hombre, a inaugurar en la tierra el reino de los cielos.

                                  


            Los ángeles lo cantaron en Belén y nosotros vamos a repetirlo esta Navidad: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. 
            Cuando rezamos el rosario los jueves recordamos en el tercer misterio: “El anuncio del reino de Dios”. A eso vino Jesús al mundo. A pedir que pongamos fin a las guerras, al odio, a las desigualdades espantosas entre ricos y pobres, a inaugurar una nueva era (la de Cristo, la era cristiana).
            A Jesús este esfuerzo le costó la vida. A sus seguidores, también. Pero qué consoladoras las palabras finales del evangelio de este domingo, el que precede precisamente a la gran fiesta de Cristo Rey: “Os perseguirán entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes  y gobernadores por causa de mi nombre. No preparéis vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a la que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Todos os odiarán por causa de mi nombre, Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

                                 


            Dentro de un instante vamos a hacer profesión de fe.
            Creer en Jesús es creer en lo que él creyó: que la fuerza y el poder de Dios anima todo esfuerzo de superación del hombre, y está presente en su más radical experiencia de limitación y desesperanza, provocándole al deseo y a la conquista de lo inaudito desde las cenizas de la propia impotencia.
            La fe en Jesús convoca al hombre a realizar en su vida la experiencia de Dios que vivió Jesús y que se expresa en todo acto de amor y de perdón, y le fuerza a descubrir y aceptar el proyecto de Dios sobre la propia existencia y sobre la convivencia humana.
            Consta en el evangelio. Jesús, llevado ante los tribunales, oye que le preguntan: ¿luego tú eres rey? La verdad es que con aquel aspecto de hombre despreciado y perseguido no lo parecía en absoluto. Pero tiene una respuesta que lo aclara todo, que disipa todas las dudas: “Mi reino no es de este mundo”
            Alegrémonos. El reino de Dios es el nuestro. Tratemos de extenderlo entre los hombres. Tratemos de vivirlo. Porque entre, otras cualidades, no tiene fin. Y eso es lo que nosotros buscamos precisamente. Proclamémoslo en voz alta

Hoy me tomo la licencia de terminar con una broma de consumo interno entre los profesores de primaria del San José. El espíritu espartano parece que no tuviera mucho que ver con el espíritu tellista, pero los valores del amor a la familia, la perseverancia y el trabajo codo con codo, hacen que para nosotros sí haya relación.
¡ÁNIMO, MARGARITA!¡ÁNIMO, MARIO!




“SOLO ME ARREPIENTO DE NO HABER TENIDO MÁS TIEMPO… ¡Aú, aú, aú!” ¡AMÉN!

El MEDICAMENTO DEL ESPÍRITU PARA CONCRETAR LOS FRUTOS DEL AÑO DE LA FE.


Ciudad del Vaticano (Lunes, 18-11-2013, Gaudium Press)
Una caja de medicamento, debidamente etiquetada con el nombre de "Misericordina", fue regalada por el Papa Francisco a los numerosos asistentes al Ángelus del pasado domingo 17 de noviembre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. "Es una medicina de 59 grageas intracardiacas", describió el Santo Padre. "Es una corona del Rosario con la cual se puede rezar también la Coronilla de la Divina Misericordia".

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El Papa Francisco regaló rosarios con la particular presentación de medicamento espiritual. Fotos: Centro Televisivo Vaticano

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El Santo Padre describió el obsequio como "una ayuda espiritual para nuestra alma y para difundir en todas partes el amor, el perdón y la fraternidad". Según el Pontífice, "es una medicina especial para hacer concretos los frutos del Año de la Fe".

"No olviden tomar su medicina", motivó el Pontífice, "porque es buena para el corazón, el alma, la vida entera", exhortó, en medio de los aplausos con los cuales los peregrinos recibieron la original forma de fomentar la devoción del Santo Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia.
El atractivo diseño de la "Misericordina", con una ilustración del corazón humano, incluyó en su interior una estampa de Jesús Misericordioso y un folleto de instrucciones para orar, redactado de forma similar a las indicaciones de los medicamentos. "Puede ser empleado una vez al día", indica el instructivo, "pero en caso de emergencia puede tomarse tanto como el alma necesite". El folleto también indica que "la dosis es la misma para los adultos que para los niños".
Con información de Centro Televisivo Vaticano, Agencia Zenit y UCANews.

Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/53039?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter&utm_campaign=gaudiumesp#ixzz2l2BfjJAX
Se autoriza su publicación desde que cite la fuente. 



martes, 12 de noviembre de 2013

LA ORACIÓN ES NUESTRA TABLA DE SALVACIÓN.


Me perdonaréis el atrevimiento, pero como el REY DAVID, creo que la música también es oración y por eso la he colocado antes del Evangelio.
Como podéis deducir de las últimas oraciones, uno está ejerciendo de pastor renqueante.
El “NO TENGÁIS MIEDO” y el “ADELANTE” son las muletas que me sostienen, pero “no puedo con la vida”.
Cuando las cosas van mal, cuando vienen mal dadas, es cuando se ve si los cimientos que uno ha ido construyendo a lo largo de la vida son lo suficientemente sólidos como para no “caerse con todo el equipo”.
Y aquí es donde enlazo el “Vive la vida” y el “No es Dios, de muertos, sino de vivos”. Porque si los cimientos están bien, resistiremos, pelearemos, lucharemos para salir adelante, sea cual sea la dificultad.
Eso es la vida. Nos apoyaremos en la familia, en los amigos, en nuestros conocimientos, en nuestros dones y, por supuesto en Dios, pero no como última esperanza, sino como compañero en todo el camino.
Ahora, tened en cuenta  que si los cimientos no están bien, habremos de caer.
Pero no tengáis ninguna duda de que ahí está también Dios con nosotros.
Caer y levantarse también es la vida. Jesús nos lo enseñó hasta el último aliento, cargando la cruz.
A nosotros nos costará más de tres días “reconstruir nuestro templo”, pero si confiamos en su misericordia lo lograremos. Ahí está la fuerza de nuestra oración semanal, en que sin pretenderlo, refuerza nuestros cimientos.
¡Recemos, entonces! ¡Amén!


Viva La Vida 

Solía dominar el mundo 
Los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba 
Ahora a la mañana duermo solo, 
Barro las calles que solía poseer 
Solía tirar los dados 
Sentir el miedo de mi enemigo en sus ojos 
Escuchar mientras el público cantaba 
“¡Ahora el viejo rey está muerto! ¡Larga vida al rey!” 
Un minuto tenía la llave 
El siguiente las paredes se cerraban ante mí 
Y descubrí que mis castillos se sostenían 
En pilares de sal y pilares de arena 

Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando 
Coros de la Guardia Romana están cantando 
Sé mi espejo, mi espada y escudo 
Mis misioneros en tierras extranjeras 
Por alguna razón que no puedo explicar 
Una vez que te fuiste nunca nunca hubo una palabra honesta 
Ahí fue cuando dominé el mundo 

(Ohhh) 

Fue el malvado y rebelde viento 
Sopló y derribó las puertas para dejarme entrar 
Ventanas destrozadas y el sonido de los tambores 
La gente no podía creer en lo que me había convertido 
Los revolucionarios esperan 
Mi cabeza en bandeja de plata 
Simplemente una marioneta en una cuerda solitaria 
Oh, quién querría ser rey? 

Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando 
Coros de la Guardia Romana están cantando 
Sé mi espejo, mi espada y escudo 
Mis misioneros en tierras extranjeras 
Por alguna razón que no puedo explicar 
Yo sé que San Pedro no me llamará 
Nunca una palabra honesta 
Y ahí fue cuando dominé el mundo 

Ohhhhh Ohhh Ohhh 

Escucho que las campanas de Jerusalén están sonando 
Coros de la Guardia Romana están cantando 
Sé mi espejo, mi espada y escudo 
Mis misioneros en tierras extranjeras 
Por alguna razón que no puedo explicar 
Yo sé que San Pedro no me llamará 
Nunca una palabra honesta 
Pero ahí es cuando dominé el mundo 
Oooooh Oooooh Oooooh


LA PALABRA:  Lc 20, 27-38  “No es Dios de muertos, sino de vivos".
Se le acercaron unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos prescribió: Si el hermano de uno muere, dejando mujer, sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y dar descendencia al hermano. Eran siete hermanos. El primero se casó, y murió sin dejar hijos. El segundo y el tercero, y así hasta el séptimo, se casaron con la viuda, y murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. En la resurrección, ¿de quién de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer». Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo se casan unos con otros; pero los que han sido dignos de tener parte en el otro mundo y en la resurrección de los muertos, hombres y mujeres, no se casarán. Ya no pueden morir, pues son como los ángeles, hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo da a entender en lo de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abrahán, Dios de Jacob, Dios de Isaac. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven».



BREVE HISTORIA:
Los saduceos (en hebreo צדוקים, tsedduqim), también conocidos como zadokitas, son los descendientes del Sumo Sacerdote Sadoq,1 de la época de Salomón.2 El nombre de Sadoq significa «justicia» o «rectitud», por lo que saduceos puede interpretarse como justos o rectos.
Podría ubicarse su génesis como un partido político en el siglo II a. C.; desaparece en algún momento después del siglo I a. C. Se dice de sus rivales, los fariseos, que se originaron en el mismo periodo, pero que sobrevivieron como posteriores agrupaciones del Judaísmo Rabínico. Caifás era saduceo. Desde su cargo de sumo sacerdote fue responsable –según el Nuevo Testamento– del enjuiciamiento y sentencia de Jesucristo.
Flavio Josefo ha proporcionado la mayor información disponible sobre los saduceos. Escribió que eran un grupo belicoso, cuyos seguidores eran ricos y poderosos, y que les consideraba groseros en sus interacciones sociales. Sabemos también algo de ellos por discusiones en el Talmud, el corazón del Judaísmo rabínico, fundamentado en enseñanzas del Judaísmo farisaico.

¿En qué ocasiones he exclamado: “esto no es vida”?
¿Cómo quisiera que fuese “la vida”?
¿Pienso alguna vez en cómo será la vida eterna?
¿Tengo una idea fantasiosa, o la idea de la fe?
Cuando tengamos razones para afirmar que “esto no es vida”, recordemos que “esto no es la vida” que Dios quiere para nosotros, y que hoy como entonces Dios nos ofrece su vida, para que tengamos vida, porque como hemos escuchado en el Evangelio: No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos.
Como decía san Pablo en la 2ª lectura (
 2 Tes 2,16-3,5  “El Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas”): Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y esperéis en Cristo. Ojalá vivamos de tal modo nuestra vida iluminada por la fe en Cristo Resucitado y por la esperanza en nuestra propia resurrección, que aun en medio de las situaciones más difíciles, ya no dijéramos “esto no es vida”, sino que con esperanza pudiéramos afirmar, como san Pablo: Para mí la vida es Cristo (Flp 1, 21), ya, ahora, y , un día, en plenitud, como hijos de Dios. ¡AMÉN!


 Veremos a Dios “tal cual es". ¡Qué ganas! Un saludo muy cordial. P. Alberto Busto

        Me saciaré de tu semblante. Lo acabamos de leer y escuchar: “Vale la pena morir a manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará.”
            El miércoles de esta semana pasada hacíamos memoria de todos los mártires españoles del siglo XX. Incontables. Y si algo llama la atención de estos hombres y mujeres, ancianos y niños que dan la vida por Cristo es la valentía con la que se despiden de este mundo.
            El segundo hermano de los siete arrestados, estando para morir, dijo: “Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero cuando hayamos muerto, el rey del universo nos resucitará para la vida eterna”.  
            Después recitábamos le salmo 16, el salmo de la esperanza: “Yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante”.
            “En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos que niegan la resurrección”. Inventan una historia curiosa. La de siete hermanos que se casan sucesivamente con la misma mujer. Y ahora preguntan: “Cuando llegue la resurrección (y ellos no creían en ella), ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella?”
La trampa puesta por los saduceos denuncia un equívoco que perdura hasta hoy. Consiste en imaginar la vida eterna como prolongación, después de la muerta, de la existencia terrenal. El cielo consistiría así en una trasposición en el más allá de las cosas hermosas que gozamos aquí abajo.    
Jesús aclara los conceptos equivocados: “En esta vida hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir. Son como ángeles.
Tenemos miedo a morir porque no tenemos idea de lo que pueda ser eso que llamamos cielo. Nos preocupamos de las cosas que nos va a dar. Y no nos preocupamos de él. Nos olvidamos de que Dios no es un dador de recompensas, sino de vida. La vida con él.
No se trata de asegurar de antemano cómo será la casa, cómo ha sido distribuida la habitación, y qué comprende el programa. Se trata de un Dios que no quiere ya separarse de las criaturas.
Si repitiéramos como una letanía  este pensamiento ”Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”, poco a poco terminaríamos por familiarizarnos con la idea de la muerte.
 Lo cantamos al final de los funerales, de las misas por los difuntos: “Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino”. Y lo rezamos durante la eucaristía: “La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina. Se transforma”.
Y seguimos degustando el evangelio de hoy: “Los que sean juzgados dignos de la vida futura ya no pueden morir. Son como ángeles”. El Dios que nos espera no es Dios de muertos sino de vivos. Confiar en este Dios significa  descubrir que estamos hechos para la vida, y que la vida consiste en le ser con él, sin que esta relación se interrumpa jamás. 
Frente a una historia un poco ridícula imaginada acerca de una mujer disputada por siete hermanos, Jesús coloca la imagen de un Dios que disputa victoriosamente a la muerte el tesoro que le es más querido: el hombre. Que ya en un principio fue hecho a su imagen y semejanza. Morir es volver a Dios.



HOY EL REGALO TAMBIÉN ES UNA ORACIÓN… LA QUE TENDREMOS QUE HACER NOSOTROS AL SANTO JOB, PARA QUE NOS DE PACIENCIA ANTE LAS PRUEBAS QUE SE AVECINAN.

Magnífico corto que, para ser completo, debería durar 3,1416... en lugar de 3,30.
El desconocimiento y la ignorancia son una buena base para tomar decisiones erróneas en nuestras vidas...
Y ser así más fácilmente manipulables.
Creo que puede ser muy instructivo para comprender, con humor, lo que vienen concluyendo los informes Pisa.
No dejéis de verlo.


Breve historia: Número π
π (pi) es la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro, en geometría euclidiana. Es un número irracional y una de las constantes matemáticas más importantes. Se emplea frecuentemente en matemáticas, física e ingeniería. El valor numérico de π, truncado a sus primeras cifras, es el siguiente:

El valor de π se ha obtenido con diversas aproximaciones a lo largo de la historia, siendo una de las constantes matemáticas que más aparece en las ecuaciones de la física, junto con elnúmero e. Cabe destacar que el cociente entre la longitud de cualquier circunferencia y la de su diámetro no es constante en geometrías no euclídeas.