miércoles, 14 de marzo de 2012

¡DEJAD ENTRAR EL AMOR DE CRISTO EN VUESTROS CORAZONES ATRAVÉS DE LA ORACIÓN!

Desde que empezó la Cuaresma llevo utilizando el miércoles como escusa para pararme, 5 o 10 minutos, a rezar, en la capilla, y a compartir mi oración con el que voluntariamente lo desea.
¡HAZTE   UN REZO !

     
  ¡Levántate con alegría todos los días para venir al colegio!
                
                        ¡NO TIENES NINGUNA RAZÓN PARA QUEJARTE!
                                                   MIRA ESTA FOTO.
        
                 
                          
  ESFORZARTE PARA SER MEJOR Y SOÑAR PUENTES PARA    
                    LOS DEMÁS, ESE DEBE SER TU OBJETIVO.

                              ¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE!
                                                     (B.M.M.T.R.)

              
Nuestra oración quiere ser una reflexión sincera sobre como hemos de ser los tellistas si queremos ser buenas personas: debemos dejar entrar EL AMOR DE CRISTO en nuestros corazones y vaciar  ”nuestro templo” de las cosas que no nos permiten ser felices:
            La clave es hacernos como los niños.                                  
“… Pero Él Hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
     Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un nombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.”
                                                     Juan 2, 13-25 

   

¿Qué quiere decir: “si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de los cielos”? ¿Acaso no pone Jesús al niño como modelo incluso para los adultos?
En el niño hay algo que nunca puede faltar a quien quiere entrar en el reino de los cielos. Al cielo van los que son sencillos como los niños, los que como ellos están llenos de entrega confiada y son ricos en bondad y puros. Solo estos pueden encontrar en Dios un Padre y llegar a ser, a su vez, gracias a Jesús , hijos de Dios.
Aquí está la fuente de la verdadera alegría…
                                                                            
                                    Juan Pablo II, Carta a los niños (1994)                      

      

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