sábado, 31 de marzo de 2012

Cerrar la cuaresma... ¿Ya sabes cuál es tu cruz?

“…En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde y el que se aborrece así mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga y, donde esté Yo, allí también estará mi servidor; quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre…”                         
 (Juan 12, 20-33)

Este es explícitamente el CAMINO PASCUAL, con los tres elementos interconectados entre sí: el grano de trigo, el seguimiento del discípulo y la obediencia al PADRE.
La alegoría del grano de trigo expresa la fecundidad del sacrificio. Es una imagen elocuente de lo que será el Misterio Pascual de Jesús. Mediante la muerte en cruz, dará un fruto de salvación universal. Cristo muere para resucitar. Desde la cruz alcanza una vida nueva y abundante para todos los hombres. Desde la cruz Cristo se convertirá en el centro de la  Historia, en el salvador de la humanidad.
SU MUERTE Y RESURRECCIÓN SON LA VICTORIA DEFINITIVA DEL AMOR SOBRE EL EGOISMO, DEL BIEN SOBRE EL MAL.
                     (José Ángel Saiz Meneses. Obispo de Tarrasa)


Pararse a pensar y orar en silencio, sólo o en compañía, es semilla de vocaciones tellistas...

Una historia para reflexionar.

 UN BILLETE DE 5. La señora tendría ochenta y pico años muy bien llevados, era pequeñita, con el pelo blanco, con ojos azules y limpios, y se abrigaba con un chaquetón de muchos inviernos. La dependienta de la tienda de congelados la saludó y preguntó con una enorme ternura qué deseaba. Después de un rato de duda y de consultar los precios escogió un cuarto de menestra de verdura, cinco croquetas de bacalao y cinco gambas rebozadas. En total 3.40 €. Cuando pagó, vi que llevaba un solo billete de 5 € en el monedero. Mientras ella buscaba el dinero, la dependienta, a hurtadillas, le puso una croqueta y una gamba más. La anciana, dando alegremente los buenos días, salió con su bastón y su pequeña bolsa de congelados. La dependienta siguió despachando. Los pocos clientes que allí estábamos nos miramos en silencio, y en los ojos de un señor de aspecto curtido y con barba me pareció ver una lágrima furtiva. Ante tanta miseria moral que nos rodea, y ante las constantes noticias de quienes se enriquecen indecentemente, creo que la figura de la anciana, de la dependienta e incluso la del señor de la barba consiguen arrojar un poco de dignidad y de aire limpio en nuestra sociedad, y que podamos pensar que todavía no está todo perdido.(FEDERICO. BADAJOZ)      

SOMOS MUCHOS. SOMOS UNO.

SEAMOS TESTIGOS DE CÓMO LA CRUZ DE CRISTO conmueve los corazones de las personas de todas las edades y los atrae hacia Sí con una fuerza que nada ni nadie puede detener.                                  
                                                                                                                    AMEN.    

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