“…En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde y el que se aborrece así mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga y, donde esté Yo, allí también estará mi servidor; quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre…”
(Juan 12, 20-33)
Este es explícitamente el CAMINO PASCUAL, con los tres elementos interconectados entre sí: el grano de trigo, el seguimiento del discípulo y la obediencia al PADRE.
La alegoría del grano de trigo expresa la fecundidad del sacrificio. Es una imagen elocuente de lo que será el Misterio Pascual de Jesús. Mediante la muerte en cruz, dará un fruto de salvación universal. Cristo muere para resucitar. Desde la cruz alcanza una vida nueva y abundante para todos los hombres. Desde la cruz Cristo se convertirá en el centro de la Historia , en el salvador de la humanidad.
SU MUERTE Y RESURRECCIÓN SON LA VICTORIA DEFINITIVA DEL AMOR SOBRE EL EGOISMO, DEL BIEN SOBRE EL MAL.
(José Ángel Saiz Meneses. Obispo de Tarrasa)
Pararse a pensar y orar en silencio, sólo o en compañía, es semilla de vocaciones tellistas...
Una historia para reflexionar.
SOMOS MUCHOS. SOMOS UNO.
SEAMOS TESTIGOS DE CÓMO
AMEN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario