Con el lema «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» se celebra la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que coincide cada año con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero. Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en su riqueza de modos y carismas, inspirados por el Espíritu Santo a través de la escucha y el discernimiento comunitario», como señalan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día.
Entre los materiales para esta Jornada, la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada ofrece seis testimonios, de diferentes carismas, que relatan cómo llegaron a pronunciar el «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» y cómo cada uno de ellos sigue agradeciendo ese camino emprendido.
Testimonio de Inmaculada Parra Brisa
Virgen consagrada de la diócesis de Valencia
«Lo mejor es dejarse guiar por Él y hacer su obra«
La Virgen consagrada de la diócesis de Valencia, Inmaculada Parra Brisa, subraya que virginidad consagrada a la esponsalidad con Jesús es la experiencia en la vida de que la historia la escribe el Señor.
Inmaculada Parra explica que “Él, como buen pastor guía, conduce sin que la oveja sepa el camino. Ella solo escucha la voz del pastor y le sigue”.
Cuenta su experiencia de la virginidad consagrada, que significa «vivir simplemente unida en todo al Señor, cogida de su mano. Unida al Esposo, para ir por donde quiera, a dónde quiera. No importa el tiempo, el lugar, las circunstancias. También subiendo y estando con él en la cruz”
La gracia y la eucaristía, el único anhelo
También apunta que su vocación se sustenta en la Madre, en la Virgen María. “Y el empeño de llevarme de su mano, aun cuando no lo sabía y cuando me lo hizo saber para nuestro consuelo y nuestra firme confianza, todos los días de mi vida”.
Inmaculada Parra aclara que a veces los caminos de Dios parecen poco comunes o incluso escandalosos pero lo mejor es dejarse guiar por Él y hacer su obra. “La gracia y la Eucaristía, de rodillas a su voluntad, es el único anhelo”, concluye.
¿Cuál es el mensaje de los obispos?
Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada con su lema “Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad” incluyen la plegaria evangélica con la actitud de quien se sabe llamado por Dios. Subrayan, que de este modo, la persona consagrada puede decir con plena conciencia y libertad: «¡Aquí estoy!».
Más aún, quieren señalar que el «¡Aquí estoy!», con toda su fuerza, se convierte en «¡Aquí estamos!». “No solo porque donde un cristiano dice «yo» está diciendo «nosotros», sino porque el nosotros eclesial y de Vida Consagrada del momento que vivimos nos invita a ofrecernos y disponernos a buscar, procurar y hacer la voluntad divina como comunidad, dentro del pueblo de Dios en camino”, afirman en el mensaje.
Compromiso de cumplir la voluntad de Dios
En este sentido, indican que la segunda parte de la oración, el «¡Hágase tu voluntad!», encierra un compromiso profético para «Una Iglesia sinodal en misión». Porque cada persona consagrada “recibe el amor y la llamada del Señor y su respuesta de amor y disponibilidad es, a la vez, individual y comunitaria”
También explican que “en esa respuesta se busca hacer la voluntad de quien llama, huyendo de caprichos personales y rechazando el pecado y, por supuesto, todo delito”.
Por todo ello, son conscientes de que se han dado faltas graves en la Vida Consagrada “por las que no nos cansaremos de pedir perdón, reiterando al mismo tiempo nuestra voluntad de reparar integralmente a quien ha sido herido. En esto también se expresa el deseo de cumplir la voluntad de Dios”.
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