Nos
está pasando algo parecido a lo que les
sucedió a los discípulos de Jesús en el
episodio de la tempestad. El Papa Francisco hizo una reflexión sobre este texto
en la homilía del momento extraordinario
de oración por la pandemia el 27 de marzo:
“Al igual que a los
discípulos del Evangelio nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos
dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y
desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados
a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca,
estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con
angustia dicen: “perecemos”, también nosotros descubrimos que no podemos seguir
cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos.
“Mientras los discípulos, lógicamente, estaban
alarmados y desesperados, Él permanecía en popa. Y, ¿qué hace? A pesar del
ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo, confiado en el Padre. Después de que
lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos
con un tono de reproche: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» .
También el Señor
calmará estos vientos y tempestades y fortalecerá nuestra confianza en El.
Confiados en el Señor
que nos ayudará a superar esta situación digamos con el Papa Francisco:
“Nuestra fe es débil y
tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandonas a merced de la tormenta. Repites
de nuevo: «No tengáis miedo». Y nosotros, junto con Pedro, “descargamos en Ti
todo nuestro agobio, porque Tú nos cuidas”.
Pero es necesario que mantengamos la llama de la ESPERANZA y de nuestra FE.
Y unimos fuerzas en la oración.
No tengais miedo.
Atrévete a ser libre...confia en la fuerza de la oración y en la Misericordia del Señor.
Ánimo y adelante.
¡¡¡CUIDAROS MUCHO!!!
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