Querida corredentora,
que todo el mundo te adora,
eres mi reina y Señora,
eres la luz de la aurora.
Contigo yo siempre estoy,
pues me coges de tu mano,
mi madre con quien yo voy,
como un niño que has criado.
Tu sí, iluminó el mundo,
por el Espíritu Santo,
con tu amor en ti
fecundo,
en ti, Cristo, nuestro amado.
Tú me cubres con tu manto,
y das luz al extraviado.
Tú me guías con tu encanto,
y yo me siento aliviado.
Tu curas toda herida,
en mi corazón clavada,
me alejas de la mentira,
me das del cielo la entrada.
Porque tú eres mi
abogada,
la que ruega por nosotros,
la que salva muchas almas,
y los corazones rotos,
Madre del alma querida,
Virgen pura, y bendita,
a Cristo diste la vida,
y a nosotros la alegría.
Servidora del Señor,
porque en la anunciación,
con tu grandísimo amor,
nació en ti la salvación,
El mismo Dios hecho hombre,
gracias a ti, de Dios, madre.
Jesús le diste por
nombre,
hijo tuyo, hijo del Padre.
Eres linda, eres bella,
bella porque a todos amas,
luces más que una estrella,
y nuestras penas las calmas.
Siempre por nosotros ruegas,
todos somos pecadores,
con todo tu amor te entregas,
nos quitas los amargores.
María llena de gracia,
llena de paz y de vida,
mi alma contigo se sacia,
mi alma contigo respira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario