CRECER CREYENDO:
Jn (20,19-23):
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Palabra del Señor
Salmo
Sal
103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
R/. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.
R/. Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.
COMENTARIO:
“INVOCACIÓN”
Ven Espíritu Creador e infunde en nosotros la fuerza y
el aliento de Jesús. Sin tu impulso y tu gracia, no acertaremos a creer en él;
no nos atreveremos a seguir sus pasos; la Iglesia no se renovará; nuestra
esperanza se apagará. ¡Ven y contágianos el aliento vital de Jesús!
Ven Espíritu Santo y recuérdanos las palabras buenas
que decía Jesús. Sin tu luz y tu testimonio sobre él, iremos olvidando el
rostro bueno de Dios; el Evangelio se convertirá en letra muerta; la Iglesia no
podrá anunciar ninguna noticia buena. ¡Ven y enséñanos a escuchar sólo a
Jesús!
Ven Espíritu de la Verdad y haznos caminar en la verdad
de Jesús. Sin tu luz y tu guía, nunca nos liberaremos de nuestros errores y
mentiras; nada nuevo y verdadero nacerá entre nosotros; seremos como ciegos que
pretenden guiar a otros ciegos. ¡Ven y conviértenos en discípulos y
testigos de Jesús!
Ven Espíritu del Padre y enséñanos a gritar a Dios
"Abba" como lo hacía Jesús. Sin tu calor y tu alegría, viviremos como
huérfanos que han perdido a su Padre; invocaremos a Dios con los labios, pero
no con el corazón; nuestras plegarias serán palabras vacías. ¡Ven y
enséñanos a orar con las palabras y el corazón de Jesús!
Ven Espíritu Bueno y conviértenos al proyecto del
"reino de Dios" inaugurado por Jesús. Sin tu fuerza renovadora, nadie
convertirá nuestro corazón cansado; no tendremos audacia para construir un
mundo más humano, según los deseos de Dios; en tu Iglesia los últimos nunca
serán los primeros; y nosotros seguiremos adormecidos en nuestra religión
burguesa. ¡Ven y haznos colaboradores del proyecto de Jesús!
Ven Espíritu de Amor y enséñanos a amarnos unos a otros
con el amor con que Jesús amaba. Sin tu presencia viva entre nosotros, la
comunión de la Iglesia se resquebrajará; la jerarquía y el pueblo se irán
distanciando siempre más; crecerán las divisiones, se apagará el diálogo y
aumentará la intolerancia. ¡Ven y aviva en nuestro corazón y nuestras
manos el amor fraterno que nos hace parecernos a Jesús!
Ven Espíritu Liberador y recuérdanos que para ser
libres nos liberó Cristo y no para dejarnos oprimir de nuevo por la esclavitud.
Sin tu fuerza y tu verdad, nuestro seguimiento gozoso a Jesús se convertirá en
moral de esclavos; no conoceremos el amor que da vida, sino nuestros egoísmos
que la matan; se apagará en nosotros la libertad que hace crecer a los hijos e
hijas de Dios y seremos, una y otra vez, víctimas de miedos, cobardías y
fanatismos. ¡Ven Espíritu Santo y contágianos la libertad de
Jesús!"
REFLEXIÓN:
Cuando todo está perdido, cuando no ves una salida a los
problemas, cuando la enfermedad te pone cerco, cuando el trabajo no te llena,
cuando la familia se desmorona… ¡¡¡APARECE EL ESPÍRITU SANTO!!!
¡¡¡Si no de qué estaría yo haciendo esta oración semanal!!! La
Gracia del Espíritu saca fuerzas de mí cuando no las hay. Hace que no me canse
de escuchar, de mirar y ver. Hace que mi corazón lata joven y despierto en un
cuerpo que ya no lo está.
Es el Espíritu el que me pide que viva, que esté, que ayude, que
acompañe, que sienta como propio lo que les ocurre a los que me rodean ( que no
solo yo no caiga, sino que no permita que ninguno lo haga).
El Espíritu hace eso mismo en vosotros. Pararos un momento.
Escucharos. Respirad profundamente.
¿Por qué estáis leyendo esta oración si no?
¡Ánimo y adelante!
¡Qué Dios nos Bendiga!
Amén.
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