lunes, 4 de mayo de 2015

DE LAS REDES SOCIALES A LAS REDES DEL PESCADOR DE HOMBRES.

Hay días en que uno se siente especialmente bulnerable, sin ninguna razón aparente. Un sueño de la noche que trajo el pasado q no quieres recordar, un gesto que te descoloca en un ser cercano, la enfermedad brotando a tu alrededor...
Rescato a los Guerreros de la Luz, para templar los ánimos. Llamo a la fantasia para que la realidad se haga soportable. 
Vendrá el Espíritu y me rescatará... Me hará tirar las redes... Todo lo demás: "Mientras tanto".


Reflexiones del Guerrero de la Luz
El futuro transformándose en presente
De ahora en adelante, y por algunos centenares de años, el Universo va a ayudar a los guerreros de la luz, y boicoteará a los presuntuosos.
La energía de la Tierra necesita ser renovada.
Las ideas nuevas necesitan espacio.
El cuerpo y el alma necesitan nuevos desafíos.
El futuro se ha hecho presente, y todos los sueños - excepto los que involucran prejuicios - tendrán oportunidad de manifestarse.
Lo que sea importante, permanecerá; lo que sea inútil, desaparecerá. Por eso, cuando ve a mucha gente opinando sobre cómo debe actuar o comportarse, el guerrero ignora cualquier crítica, entendiendo que su misión en la Tierra no le da tiempo de andar explicando todas sus acciones.
Evita también manifestarse sobre la conducta ajena; para tener fe en su propio camino no necesita probar que el camino del otro está equivocado. Quien así actúa, no confía en sus propios pasos.
Combatiendo la injusticia
Dice T.H. Huxley:
"Las consecuencias de nuestras acciones son espantajos para los cobardes y rayos de luz para los sabios. El mundo es un tablero de ajedrez. Las piezas son los gestos de nuestra vida diaria; las reglas son las llamadas leyes de la naturaleza".
A pesar de estar concentrado en aquello que hace, el guerrero de la luz no permanece indiferente ante la injusticia. Sabe que todo es una sola cosa, cada acción individual afecta a todos los hombres del planeta, y si ve a alguna persona siendo víctima de ataque cobardes, él usa su espada para poner las cosas en orden.
Pero, aun cuando luche contra la opresión, en ningún momento piensa en juzgar al opresor. Cada uno responderá por sus actos ante Dios, y por eso, una vez cumplida su tarea, el guerrero no emite ningún comentario. Un guerrero de la luz está en el mundo para ayudar a sus hermanos y no para condenar a su prójimo.
Evitando el pesimismo
Para ayudar a renovar la energía de la Tierra, es necesario tener conciencia de que el pesimismo contagia. El derrotismo contagia. La desesperanza contagia. Las personas que tienen sensibilidad suficiente para percibir auras (vibraciones energéticas que envuelven a los seres vivos) perciben que, antes de que la dolencia física penetre en el cuerpo, parte de la energía vital es drenada por el cerebro afligido y preocupado. Todo aquello que colocamos en el día de hoy, nos será devuelto de alguna manera - en un ciclo muy semejante a aquel que vemos en la naturaleza.
Aceptando algunos errores
El filósofo alemán F. Nietzche dijo cierta vez: "no vale la pena vivir discutiendo sobre todo; forma parte de la naturaleza humana el errar de vez en cuando".
Sin embargo, todos nosotros conocemos a personas que hacen absoluta cuestión de tener razón en los menores detalles. Nosotros mismos, muchas veces, nos incluimos en esta categoría: no nos permitimos errar. Todo lo que conseguimos con esta actitud es el terror a seguir adelante - porque ciertos pasos exigen decisiones nuevas, cuyos resultados desconocemos.
El miedo a equivocarnos es la puerta que nos encierra en el castillo de la mediocridad; si conseguimos vencer ese miedo, estaremos dando un paso importante en dirección hacia nuestra libertad.
Y, sobre todo, teniendo coraje
Para conseguir encarar de frente este nuevo momento de la humanidad, para permitir que las ideas nuevas tengan espacio y que la energía de la Tierra sea renovada, se necesita valor. Valor para enfrentar los prejuicios. Valor para ser justo. Valor para entender que todo aquello que hacemos afecta a la historia del mundo. Valor para dar pasos en dirección hacia lo desconocido, aun sabiendo que vamos a equivocarnos de vez en cuando.
Dios ya hizo su parte cuando nos crió y nos colocó en el mundo. Ahora Él nos contempla con cariño y pide que hagamos la nuestra.
Paulo Coelho




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