CRECER CREYENDO:
Mc (1,29-39):
En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor
Esta es la casa de SAN PEDRO. http://es.wikipedia.org/wiki/Cafarnaum
COMENTARIO:
RETIRARSE A ORAR
En medio de su intensa actividad de profeta
itinerante, Jesús cuidó siempre su comunicación con Dios en el silencio y la
soledad. Los evangelios han conservado el recuerdo de una costumbre suya que
causó honda impresión: Jesús solía retirarse de noche a orar.
El episodio que narra Marcos nos ayuda a conocer lo
que significaba la oración para Jesús. La víspera había sido una jornada dura.
Jesús «había curado a muchos enfermos». El éxito había sido muy grande.
Cafarnaúm estaba conmocionada: «La población entera se agolpaba» en
torno a Jesús. Todo el mundo hablaba de él.
Esa misma noche, «de madrugada», entre las tres
y las seis de la mañana, Jesús se levanta y, sin avisar a sus discípulos, se
retira al descampado. «Allí se puso a orar». Necesita estar a solas con
su Padre. No quiere dejarse aturdir por el éxito. Solo busca la voluntad del
Padre: conocer bien el camino que ha de recorrer.
Sorprendidos por su ausencia, Simón y sus compañeros
corren a buscarlo. No dudan en interrumpir su diálogo con Dios. Solo quieren
retenerlo: «Todo el mundo te busca». Pero Jesús no se deja programar
desde fuera. Solo piensa en el proyecto de su Padre. Nada ni nadie lo apartará
de su camino.
No tiene ningún interés en quedarse a disfrutar de su
éxito en Cafarnaúm. No cederá ante el entusiasmo popular. Hay aldeas que
todavía no han escuchado la Buena Noticia de Dios: «Vamos... para predicar
también allí».
Uno de los rasgos más
positivos en el cristianismo contemporáneo es ver cómo se va despertando la
necesidad de cuidar más la comunicación con Dios, el silencio y la meditación.
Los cristianos más lúcidos y responsables quieren arrastrar a la Iglesia de hoy
a vivir de manera más contemplativa.
Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no
sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas
hablamos mucho de Dios, pero hablamos poco con él. La costumbre de Jesús se
olvidó hace mucho tiempo. En las parroquias se hacen muchas reuniones de
trabajo, pero no sabemos retirarnos para descansar en la presencia de Dios y
llenarnos de su paz.
Cada vez somos menos para hacer más cosas.
Nuestro riesgo es caer en el activismo, el desgaste y el vacío interior. Sin
embargo, nuestro problema no es tener muchos problemas, sino no tener la fuerza
espiritual necesaria para enfrentarnos a ellos. José Antonio Pagola
REFLEXIÓN:
Estoy harto de virus, cansado del frio. Ya sé que es
INVIERNO, pero es que llevamos un comienzo de año descorazonador. Vamos cayendo
todos, por turnos, para que no cierre el cole por falta de docentes en
Primaria.
Por eso traigo la luz de LA PALABRA, que sana el Espíritu, y la
alegría de un patio andaluz, para “encender las ilusiones y los rosales…” de
cada uno de nosotros.
Refugiarse en la poesía, la fotografía, la
lectura o buscar el contacto con el prójimo es el bálsamo contra la soledad.
Este rezo intenta ser un compendio de todo eso. No estamos solos. Somos una
comunidad en oración. Somos gente…gentiles!!!
Mantener el Espíritu, cuando el cuerpo no da
más de sí, es camino de santidad. ¡¡¡Esperemos llegar!!! Mientras, no se nos olvide rezar tanto por los
enfermos, para que sanen, como por los sanos, para que no enfermen…pero con
alegría!!!
Paz y Bien.
¡Ánimo y Adelante!
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