domingo, 9 de febrero de 2020

ATRÉVETE A SER LIBRE....(7FEB2020) OPERACIÓN BOCATA.


Campaña Trienal de Manos Unidas: Años 2019-201
El Derecho a la Alimentación en el marco de los Derechos Humanos
En Manos Unidas luchamos contra el hambre y por el derecho a la alimentación como paso imprescindible para un desarrollo humano integral, inclusivo y sostenible, centrado en las personas y para todas las personas. El derecho a la alimentación no es un derecho a ser alimentado, sino principalmente el derecho a alimentarse en condiciones de dignidad.
En esta campaña trienal 2019-2021, trabajaremos por la promoción efectiva de los Derechos Humanos, que son el marco indispensable para la consecución de ese derecho y por tanto de ese desarrollo. En la actualidad, vemos que persisten marcos políticos, económicos y jurídicos que siguen actuando como mecanismos de exclusión social y contribuyen a causar pobreza.
El derecho a la alimentación que impulsa nuestra lucha contra el hambre no es un derecho aislado, sino vinculado y dependiente de otros derechos como: el derecho al agua, a la tierra, a la educación, a la salud, al trabajo, al desarrollo, etc.
Hoy nadie pone en duda la interdependencia e integralidad de los Derechos Humanos. Esto quiere decir que unos derechos dependen de otros, que la lesión de un derecho afecta a otro al que está conexo, que la concreción de un determinado derecho se relaciona con la satisfacción de otro, etc. Si no podemos comer de manera suficiente y nutritiva, no rendiremos en nuestro trabajo o en la escuela, estaremos enfermos; si no bebemos agua limpia o no tenemos acceso a un saneamiento adecuado, estaremos expuestos a enfermedades infecciosas que podrían incluso causarnos la muerte. No es suficiente que se nos garantice la libertad de expresión, o el derecho al propio honor, si estamos enfermos o no hemos aprendido a manejarnos en un mundo escrito.
Manos Unidas, fiel a su misión de lucha contra el hambre y contra las causas que la provocan, quiere contribuir, a través de su campaña trienal 2019-2021, a la realización de los Derechos Humanos, especialmente entre las personas más pobres y vulnerables del planeta, trabajando por el derecho a una vida digna que incluye el indispensable derecho a la alimentación, dentro de un medioambiente adecuado, mejorando los cauces de participación ciudadana para afianzar los Derechos Humanos y afianzando la corresponsabilidad de todos en el bien común.
¿Por qué Manos Unidas dedica un trienio a los Derechos Humanos?
Manos Unidas ha cumplido 60 años durante este trienio. Y durante estos años hemos trabajado sin descanso por la defensa efectiva de los Derechos Humanos. Con nuestros proyectos y nuestras campañas hemos querido hablar del derecho a la vida, a la educación, a la sanidad, a la alimentación, a la paz, a un entorno sostenible y denunciar tantas ocasiones en las que nuestros hermanos no pueden acceder a ellos, así como mostrar que es posible cambiar estas situaciones. Hemos trabajado, como se recoge en nuestros Estatutos, por un desarrollo integral, que permita a cada persona ser "agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual". Por eso pensamos que este trienio dedicado a trabajar por los Derechos Humanos se convierte en la culminación natural de estos 60 años de compromiso con los más pobres.
En conclusión, consideramos que hay razones suficientes para dedicar un trienio al problema de los Derechos Humanos. Nos devuelve a nuestra historia; está presente en nuestra identidad y misión; marca el contexto de un tipo de desarrollo integral, inclusivo y sostenible, de toda la persona y de todas las personas, respetando la "casa común"; pone ante nuestros ojos esa paradoja ya descrita en los inicios de la historia de Manos Unidas de: "... estos derechos tan glosados y tan poco cumplidos...".
Sabemos que se trata de un problema difícil de abordar y resolver, por la variedad de exigencias y necesidades que se protegen a través de los Derechos; pero nuestro trabajo se basa en la experiencia de apoyo y acompañamiento, durante tantos años, a las comunidades más necesitadas, mediante la financiación y el asesoramiento de proyectos de cooperación, para que puedan ser responsables de esos derechos y llevarlos a la práctica, así como en el trabajo de educación para el desarrollo, con campañas de sensibilización y denuncia que hemos llevado a cabo como institución o en red.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Los seres humanos sólo podemos desarrollarnos integralmente a través de nuestras relaciones con los demás, que, para ser auténticamente humanas, deben fundamentarse en la dignidad de la persona y la promoción del bien común. Recordemos que, según la Doctrina Social de la Iglesia, los Derechos Humanos responden a este propósito, ya que se considera realizado el bien común cuando se han salvado los derechos y los deberes de la persona.
Después de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas, la comunidad internacional se comprometió a no permitir nunca más atrocidades como las sucedidas en ese conflicto. Por ello, se constituyó la Comisión de Derechos Humanos que preparó el documento. La Asamblea General de las Naciones Unidas lo aprobó, en diciembre de 1948, con el nombre de Declaración Universal de los Derechos Humanos. De los 58 estados miembros que entonces conformaban la Asamblea hubo 48 votos a favor, 8 abstenciones (Unión Soviética, países de Europa del Este, Arabia Saudí y Sudáfrica), y dos ausencias.
Según lo recogido en dicha Declaración, los Derechos Humanos son:
  • Universales: los derechos que incluye la Declaración Universal de los Derechos Humanos pertenecen a todos los seres humanos por el mero hecho de serlo.
  • Inviolables: nadie puede ser privado de ellos.
  • Inalienables, irrenunciables e intransferibles: la persona no puede, sin afectar a su dignidad, renunciar a sus derechos o negociarlos; pero tampoco el Estado puede disponer de los derechos de los ciudadanos.
  • Interdependientes: se realizan de manera conjunta; el derecho a la vida no puede garantizarse si no se garantizan las condiciones para una vida digna.
  • Indivisibles: Ningún derecho puede disfrutarse a costa de otro derecho, no puede prescindirse de ninguno.
  • Obligatorios: los Derechos Humanos imponen obligaciones a las personas y a los Estados.
La Doctrina Social de la Iglesia y los Derechos Humanos
La Doctrina Social de la Iglesia recoge el papel que tiene la promoción de los Derechos Humanos como camino para garantizar la dignidad de las personas. La idea de que los Derechos Humanos constituyen un cauce válido de expresión de la dignidad de la persona aparece por primera vez en la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII. En dicho documento se hace la primera reflexión a fondo de la Iglesia sobre los derechos humanos: "En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrío, y que, por tanto, el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto".
Desde entonces, y hasta la actualidad, fundamentándose en esa dignidad de la persona, hecha a imagen de Dios, la Iglesia insiste en los Derechos Humanos que se derivan de esa dignidad, derechos que los Estados y las organizaciones internacionales deben respetar, proteger y promover. "No sería verdaderamente digno del hombre un tipo de desarrollo que no respetara y promoviera los Derechos Humanos, personales y sociales, económicos y políticos, incluidos los derechos de las naciones y de los pueblos", afirmó el papa Juan Pablo II. En esta misma línea se pronunció el papa Francisco: "Los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos... sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades".
Papa Francisco: «No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad».
La cooperación internacional y los Derechos Humanos
La Cooperación internacional para el Desarrollo hace ya años que esta cooperación exige, como líneas transversales ineludibles en cualquier acción solidaria que se apoye, el enfoque de Derechos y la gobernabilidad democrática. Esto supone un cambio radical en nuestra forma de entender al otro, al que reconocemos como "titular de derechos".
Las personas que participan en los proyectos que acompaña Manos Unidas, los empobrecidos, no son incapaces y dependientes, sólo personas sin recursos, pero con derechos y deberes, dispuestos para salir, por sí mismos, de su situación, con la solidaridad activa de los demás, y capacitados para exigir a sus estados políticas más justas e igualitarias.



Este es nuestro granito de arena a esta campaña.
Trabajamos sabiendo que "muchos pocos, hacen un mucho".
Nuestro hermanamiento con las obras de las HMMI en Venezuela da sentido a la Operación Bocata.

Lc 24,13-35: Lo reconocieron al partir el pan.
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos, pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
-«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
-«¿Eres tú el único forastero de Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó:
-«¿Qué?
Ellos le contestaron:
-«Lo de Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo:
– «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron:
– «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
– «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

 

Hay muchas maneras de llevar la BUENA NOTICIA.
Por eso rezamos, nos juntamos, compartimos a Jesús Eucaristía.


Los cristianos tellistas tenemos también otra  forma especial que nos caracteriza...ATENDER AL NECESITADO.
Por esta razón, durante esta semana hemos sido llamados a reflexionar,a orar, a dar, a compartir.


Y vamos a concluir la semana al estilo de Matilde, con un gesto sencillo.


No es el dinero que habeis puesto en los sobres, ni el valor del bocadillo…
Es ponerse, por un instante, en la piel del hambriento.

 

ATRÉVETE A SER LIBRE...COMPARTE TU PAN.

¡Ánimo y adelante!

¡Buen provecho!











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