
Nuestro rezo empieza en un portal de Belén, sigue por una bolsa de correos llena de cartas, continua en una cabalgata a lo largo y ancho de toda nuestra geografía y termina en el salón de nuestra casa junto al Belén o bajo el árbol con los regalos perfectamente colocados junto a nuestros zapatos.
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Entre medias de todo esto está la fe, la alegría, la ilusión y la economía.
Las luces, el gentío, los anuncios y promociones, los programas especiales, también están.
Pero sobre todo está LA FAMILIA.
El amor de padres a hijos que brilla en esta tradicional fecha como lo hizo en su día la estrella de Belén.
Esa luz guia a los Reyes Magos, año tras año.

Ese es nuestro rezo.
Sed luz.
AMAD sin miedo.
Mantened viva la ilusión.
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