domingo, 23 de septiembre de 2018

HAZTE UN REZO (Sept 2018) LA ALDABA.


aldaba
nombre femenino
  1. 1.
    Pieza de metal, especialmente de hierro o de bronce, que se sujeta en la parte exterior de la puerta por una base articulada y con la que se golpea para llamar.

    "llamaron a la aldaba de la puerta principal del castillo"

    sinónimos:aldabónpicaporte
  2. 2.
    Barra de metal o travesaño de madera que sirve para asegurar una puerta después de cerrarla.


Las historias que yo escribo salen siempre de la puerta de una casa. La tuya, la mía, la de otro, la de ninguno y la de todos.
Siempre se intenta que tengan cabeza, chicha, moraleja, pero la realidad es que soy guiado por lo que en mi pecho vibra, como tu móvil, como un antiguo llamador:mi corazón.
Por eso resuenan más, como una aldaba chocando  en su puerta, las que se alimentan de recuerdos, de vivencias, de esperanza e ilusión.
Y aquí andas tú inmerso en este blog, leyendo sin entender nada, como las más de las veces cuando se te habla de Dios.


Y esto no va de cruces, aunque  los sufrirás y las haya.
Ni tan siquiera de puertas, por muy distintas que las veas, igual ha de ser su utilidad:entrar y salir.
Sino de llamadas.
De manos tendidas.
De Buenas Noticias.
De amor, de compartir, de acompañar y de perdón.
De resurrección.


Hubo un tiempo, no muy lejano, cuando el teléfono era fijo y estaba en casa y en el trabajo y poco más. que yo viajaba al pueblo de mis padres con la frecuencia que marcaba el calendario escolar.
Fardaba, en el colegio de tener pueblo ( y en el publo de lo bueno que era mi colegio) y no paraba de hablar de las muchas "maravillas" que, a los ojos de un niño, ocurrian allí.
Todo era distinto a la ciudad y me encantaba.
En la casa de mi abuela, en la calle del rio, un tercero sin arcensor, la puerta del portal era de madera maziza. No se veía ningún timbre, ni portero automático. Alli solo estaba la aldaba negra repintada en mitad de la puerta, inalcanzable para un niño.
Descubrí que golpear la aldaba no era cosa fácil. Había que crecer, tener fuerza, porque pesa y ser decidido, enérgico, cuando se utiliza.Los tres golpes han de ser secos, para que asome la madre por la ventana o por el balustreado de la escalera y te tire las llaves o aquello que necesitas.
Ese tiempo que trancurre entre que tú golpeas la puerta y asoman a atenderte lo recuerdo siempre mirando hacia el cielo, cargado de incertidumbre pero tambien de esperanza.Primaba el silencio frente al ruido.Parecía que todo pasara a cámara lenta.

No sé si te sorprenderá saber, que esa sensación la tengo también cuando entro a rezar a la capilla.
Hago "la llamada", golpeo mi aldaba con ganas y espero  respuesta.
Curiosamente, he aprendido a reconocer, que la respuesta siempre llega por alguna persona, cercana o no, y cuando estoy realmente dispuesto a escuchar.

Por eso, NO TENGAS MIEDO, haz sonar tu aldaba, sé curioso y busca respuestas.
Y HAZTE UN REZO.
ADELANTE, ADELANTE. SIEMPRE ADELANTE.

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