CRECER CREYENDO:
Mc (13,33-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Palabra del Señor
COMENTARIO:
Comenzamos el tiempo de Adviento, los textos de
este domingo nos invitan a esperar, es verdad que la palabra Adviento en
nuestra época no significa casi nada, e incluso cuando se piensa en la espera
se piensa en algo pasivo. Un año más llega la Navidad, las compras, los
adornos, los anuncios, la lotería, la reunión de la familia, el poner el Belén…
pero el Adviento no es un tiempo pasivo, es tiempo de nacer, de proyectar, es
algo dinámico.
Este tiempo litúrgico no es sólo para recordar el
nacimiento histórico de Jesús, sino que es trabajar en nuestro propio
nacimiento como hombres nuevos. Nuevos porque queremos “participar de la vida
del Hijo” y surgimos de nuestra propia arcilla, labrada con nuestras manos.
Nuevos tal como le recordó Jesús a Nicodemo: “es preciso nacer de nuevo”, no
por volver al vientre de tu madre, sino por el parto de uno mismo con la fuerza
del Espíritu. Nacer al Hombre, es el reto.
Para ello el Evangelio de este domingo, nos invita a
salir de nuestra modorra y somnolencia, nos dice: “¡Velad!”. Se nos ha
encomendado la tarea de seguir creciendo con la mano bien metida en nuestra
arcilla, para ser nosotros mismos y configurarnos cada vez más con el Niño que
nace cada día en nosotros, por eso cada momento es Adviento. Mantengámonos vigilantes, nos ha dicho
Jesús. En el hogar, en el trabajo, en la calle, en el colegio, en el alboroto
de estos días hay un lugar para proponer esto, para estar atentos a lo que
supone la encarnación del Dios que se hace hombre para hacernos HOMBRES NUEVOS.
Comienza este domingo el Año de la Vida Consagrada, los
religiosos y religiosas, deben ser los vigías, los que velan, otean el
horizonte, para indicarnos el camino que lleva a ese nacimiento.
La pobreza, castidad y obediencia, nos recuerdan los
tiempos futuros: “no sabemos cuándo vendrá el dueño de la casa, si al
atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer”.
“Lo que os digo
a vosotros, lo digo a todos: ¡velad!”.
Demos pasos
decididos todos, para que en este tiempo vaya creciendo en el mundo la
esperanza que pregona el Adviento.
REFLEXIÓN:
Se cierra el ciclo. Con los trapos que
nos quedan, forramos el diván. ¡Es muy colorido!
La realidad es la que nos unifica,
siendo tan distintos, tan multifuncionales, tan creativos y únicos.
¡Parece mentira que podamos tapizar
algo juntos! Pero lo hacemos.
Reconocer que el resultado parece,
cuanto menos, vistoso y acogedor, es decir poco.
Porque no buscamos la comodidad, sino
la COMUNIÓN. No buscamos ser vistos, si no es para ser escuchados. Tenemos una
BUENA NOTICIA que contar.
Estamos aquí, en camino, de misión,
para que te sientes a descansar, para que te apoyes, para que dejes reposar la
carga a un lado.
Estamos aquí, en la encrucijada, de
guardia, para que te sumerjas en el SILENCIO, a la luz del SAGRARIO y te dejes
arropar por la PALABRA.
Ya es Adviento… ¡PON TU CORAZÓN EN
MOVIMIENTO!
Maestros, en fiesta de guardar.
Siempre con un lápiz cercano,
para dejar expresar a la mano,
lo que mañana se ha de trabajar.
Sueño, del que despierto, espera.
¡¡¡Respirando!!!
¡¡¡Cogiendo fuerzas!!!
¡¡¡Soplando adviento!!!
¡¡¡LA BUENA NOTICIA… llegará!!!
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