lunes, 28 de mayo de 2012

PENTECOSTÉS: “ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR, Y RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA”.


“De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas,que se repartían, posándose encima de cada uno.” (Hch 2,2-3)     

“Muchos son los títulos que tiene el Espíritu Santo en la Sagrada Escritura. JESÚS MUCHAS VECES LE LLAMA EL DEFENSOR, pues a Él le han encomendado la tarea de defendernos de nuestros enemigos, especialmente de los enemigos interiores que tanto daño nos hacen, pues no cabe duda que en numerosas ocasiones somos nosotros mismos los que nos hacemos daño acusándonos injustamente o dejándonos llevar por un miedo extraño que nos hace incapaces de sacar adelante las tareas que la vida nos pone por delante. Pero el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad convenciéndonos que somos realmente amados de Dios, es decir, que el Padre nos quiere no aunque seamos pecadores sino porque somos pecadores y la prueba de ello es que envió a su Hijo para que derramara su Sangre preciosa por nuestra salvación. Tal vez el enemigo más grande que tengamos es nuestra dudad acerca del amor de Dios, es decir, no creer que dios no puede dejar de querernos, que siempre nos escucha y nos atiende, aunque no del modo que nosotros esperamos. Por eso JESÚS también lo llama ESPÍRITU DE LA VERDAD, porque está en la verdad más importante sobre la que debemos edificar nuestra vida cotidiana, la verdad que nos da fuerza y esperanza, especialmente en los momentos de oscuridad, de duda o impotencia, ya que ÉL siempre está conmigo aunque yo no note su presencia interior. Y del mismo modo que está conmigo está con la Iglesia, a la que ha encomendado continuar su labor a lo largo de los siglos. Una iglesia compuesta de personas débiles pero llenas de fe, que somos capaces de seguir las inspiraciones del Espíritu, ya que ÉL es el único protagonista de todas las acciones que realizamos los creyentes. Tener fe en el Espíritu Santo es dejarle actuar en nuestra vida y experimentar su presencia interior.” Jesús Higueras ABC 25/05/2012                                                                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario