QUIERO DAR LAS GRACIAS.
Unas GRACIAS, con mayúsculas, a todas las personas que estuvieron todo el fin de semana participando activamente en este encuentro tellista.
Deseo de corazón que lo trabajado quede en la mochila para cuando sea necesario ponerlo en práctica.
Yo me quedo con la convivencia y LA EUCARISTÍA: el juntarnos y compartir el pan es la mayor ALEGRÍA DE LOS TELLISTAS.
Por último, quiero significar aquí el tabajo y la ilusión con que el Equipo General de Pastoral prepara estos ENCUENTROS.
Preparamos el corazón de los hombres para la siembra...
SOMOS MUCHOS.SOMOS UNO.
¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!
ABANDONO Y DESAMPARO
DEL MENOR
A lo largo de nuestro recorrido ¿a quiénes encontramos por
el camino?.
¿Encontraremos a dos discípulos?,
¿encontraremos a nuestros niños?,
¿encontraremos a un peregrino?,
o ¿a aquel abandonado por el destino?.
¿A quién
Jesús encontraremos por los caminos?.
Escuchamos las voces de quienes están perdidos,
escuchamos los golpes de quienes no han sido queridos,
vemos el fuego de la soledad cuando están heridos,
oímos las discusiones de quienes no han sido comprendidos,
y se dan la vuelta para regresar a su sitio escondido,
y tropiezan con nosotros en su largo o pequeño recorrido,
y nuestras manos las tendemos llenas de cariño
pero sin saber si les sirven de alivio.
Y dudamos
porque no somos expertos en sanar a los heridos
porque quizás a veces aparece el juicio,
porque nos faltan elementos que están escondidos,
y nuestros ojos están ciegos porque sólo vemos lo que dicen
los dichos,
y no somos capaces de ver ni escuchar lo que pronuncian sus
gritos.
Señor Jesús
que acompañas nuestro camino
que nos sales al encuentro como a tus discípulos,
abre nuestro ser ante el abandono y desamparo de estos
nuestros niños.
Y volvemos
a escucharles: nosotros esperábamos que sería él quien estuviera conmigo,
hice caso, estudié y di lo mejor de mi mismo,
intenté seguir las señales y los límites permitidos,
confié y abrí mi corazón, mi alma, mis sentimientos y todo
lo que había sufrido,
te abandoné mi vida porque siempre creí que tú ibas conmigo,
y hoy te pido ayuda y continuas tu trabajo como si nunca nos hubiésemos
conocido,
y has hundido mi historia porque se ha apagado la luz que me
habías encendido.
Pon Señor
la luz de tu mirada para descubrir las necesidades de nuestros niños,
para decir la palabra oportuna a quienes nos piden auxilio,
concédenos y enséñanos a ser los educadores que les ayudemos
a sacar lo mejor de ellos mismos,
que entre todos construyamos la perla que hay en nuestra
ostra cuando hemos sido heridos.
Señor, Tú
que sales a nuestro encuentro cuando vamos de camino,
aligera nuestros pasos para llegar a su ritmo,
para crear juntos la misma melodía, la que trae la paz
consigo,
que sembremos de esperanza, de fe y amor a todos los que
encontremos y pongas Tú en nuestro camino.
Santa
María, Madre del Amor, del niño, del joven, del adulto y del anciano que vive,
llora, siente y lucha por sacar de su interior lo mejor de sí mismo,
Madre de la
Iglesia, Madre de nuestro camino ponemos nuestras vidas,
nuestro ser y misión en tus manos porque son las manos y el corazón en quien
siempre confío.
Y a ti,
Madre Matilde, María Briz y San José gracias, gracias porque guías y guardas
nuestros pasos y todo nuestro recorrido.
Madrid 22 – 04 – 12
Encuentro de Equipos de Pastoral y Monitores.
Mª Elena Hdez Glez