martes, 25 de enero de 2011

¡SEA TODA NUESTRA VIDA UN ACTO DE AMOR!

Los antecedentes para que yo me reiniciara en el camino tras la enfermedad, (¡mi particular caida del caballo!), son tan sencillos como una conversación, una petición y una carta.
Las cosas sencillas son obra de Dios y nosotros no somos más que un instrumento de su misericordia. así que con un poco de Papa ("No tengaís miedo"), otro poco de trapense ("¡Sólo Dios!") y un mucho de ayuda y comprensión de María, Madre de la Iglesia tiramos para adelante.


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