SER UNA GOTA DE LLUVIA EN UN MANANTIAL QUE FLUYE CON CALMA

Hoy celebramos en el colegio EL DÍA DE LA PAZ.
Sacamos el lema de los franciscanos,"PAZ Y BIEN",en la oración de la mañana y ponemos ritmo y alegría a los ensayos de los cantos de la celebración que por la tarde realizaremos con los demás cursos.
Somos como la lluvia que golpea el espejo cristalino de un manantial.
Nuestro pasar es repiqueteo alegre de los valores cristianos para que aumente el caudal.
No nos importa la crisis, la edad a la que nos vamos a jubilar, las interferencias, la ignorancia o los que no quieren escuchar, porque lo nuestro es puro empapar.
No hay nadie tan feliz como una gota de agua, caida del cielo, sobre un manantial que fluye con calma.
¡¡¡QUE LA PAZ SEA CON TODOS VOSOTROS!!!

¡SEA TODA NUESTRA VIDA UN ACTO DE AMOR!

Los antecedentes para que yo me reiniciara en el camino tras la enfermedad, (¡mi particular caida del caballo!), son tan sencillos como una conversación, una petición y una carta.

Las cosas sencillas son obra de Dios y nosotros no somos más que un instrumento de su misericordia. así que con un poco de Papa ("No tengaís miedo"), otro poco de trapense ("¡Sólo Dios!") y un mucho de ayuda y comprensión de María, Madre de la Iglesia tiramos para adelante.

Empezamos a caminar el día de la conversión de San Pablo

¡Bienaventurados los ciegos, porque ellos verán la luz!

Quería empezar este nuevo camino precisamente hoy porque, al igual que el apostol de los gentiles, uno ha de caerse del caballo (¡la beata Matilde casi de un borriquito!) y perder los sentidos para escuchar la voz de Dios y ponerse en camino.