lunes, 3 de marzo de 2014

¡¡¡DIO$ BENDIGA ESTE NEGOCIO!!!

 “SON DIAS DE CARNAVAL”…
Yo no tengo ningún miedo. Veo a las primeras comunidades cristianas reunidas, felices, aprovechando las fiestas paganas… ¡Transmitiendo la BUENA NUEVA!
Cristianizar las fiestas paganas fue la primera forma de que utilizó la IGLESIA para hacerse presente…
¿Y, ahora, nos da miedo el carnaval en nuestros colegios?
¿TAN DÉBIL ES NUESTRA FE?
¿No somos capaces de enfrentar nuestros valores a los contravalores del carnaval y sembrar?
¿Mejor PROHIBIR, IGNORAR?
¡¡¡¡ NOOOOO!!!!.
Seamos fieles al EVANGELIO…
Abramos las puertas “AL ENEMIGO”, devolvámosle bien por mal… ¡SEMBREMOS…semillas de amor, de acogida, de comprensión… y expliquemos nuestra fe para que, al transmitirla, llegue!
¡Sembremos… semillas de CUARESMA… semillas de RESURRECCIÓN!
¡NO TENGÁIS MIEDO…ADELANTE! ¡AMÉN!

Sal 61,2-3.6-7.8-9ab

R/.
 Descansa sólo en Dios, alma mía

Sólo en Dios descansa mi alma, 
porque de él viene mi salvación; 
sólo él es mi roca y mi salvación; 
mi alcázar: no vacilaré. R/.

Descansa sólo en Dios, alma mía, 
porque él es mi esperanza; 
sólo él es mi roca y mi salvación, 
mi alcázar: no vacilaré. R/.

De Dios viene mi salvación y mi gloria, 
él es mi roca firme, Dios es mi refugio. 
Pueblo suyo, confiad en él, 
desahogad ante él vuestro corazón. R/.


LA PALABRA:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?

 

Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»

Palabra del Señor
 

"No andéis agobiados", nos aconseja el Señor. ¡Cómo nos conoce! ¡Y
 cómo nos quiere! Saudos muy cordiales. P. Alberto Busto
 Fiémonos de Dios. No es fácil, pero es la mejor manera de vivir felices pase lo que pase a nuestro alrededor o en nuestro interior. Suceda lo que suceda en el mundo en el que nos ha tocado vivir. También nosotros podemos sentir alguna vez que Dios no nos quiere, que Dos se ha olvidado de nosotros.
           
 ¡Qué consoladoras las palabras del profeta Isaías! “Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas?” La memoria, para una mujer, más que un mecanismo mental es un fenómeno fisiológico.

En cierto sentido siempre lleva al hijo en el seno. Incluso cuando es adulto, cuando está madre. Así nos sentimos seguros, más que en la omnipotencia de Dios, en su debilidad infinita. O sea, en su memoria.
           
 En la segunda lectura de este domingo Dios aparece también como padre. Y Padre todopoderoso: ·”No estéis agobiados por la vida, pensando que vais a comer. Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?” La madre abadesa de cierto monasterio decía en una .ocasión: “Para nosotras la Providencia es la realidad más fácil de admitir. No sé si podemos decir que creemos en ella. ¿Es posible creer en algo que vemos todos los días?

Jesús se lo recordó un día a Pedro: “Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, tendréis cien veces más.
           
 “¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón vestía como uno de ellos. Si la hierba que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?”
           
 Nos equivocamos si pensamos que siendo más ricos tenemos más asegurada la vida. Podemos tener más dinero, pero no más alegría. No recuerdo de quién es el dicho:”Ser feliz con poco es difícil; con mucho, casi imposible”.
           
 Es verdad; a veces atormentado por la angustia de que no te falte nada, acabas faltándote a ti mismo. Una vida siempre corriendo, aturdida por la prisa, devorada por el ansia de ganar cada vez más, de cumular todo lo más posible, deja de ser vida para convertirse en esclavitud.
           
 Cuánta sabiduría encierran las palabras del último párrafo del evangelio de hoy: “Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia. No os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos. Este afán por el dinero incluso nos puede amargar las vacaciones.

La frase es de un ensayista norteamericano: “Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas”. Paz, Señor. Danos tu paz.  
                                  

                                   
PARA REFLEXIONAR:

Hoy partimos de que “una imagen vale más que mil palabras”… el resto habla de nuestros valores… ¿Quién ha de hacerlos visibles en esta sociedad?
¡¡¡SABEMOS LA RESPUESTA A ESTA PREGUNTA!!! Pues a ello. ¡AMÉN!

 

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