viernes, 3 de febrero de 2023

GRUPO DE ORACIÓN "Con Matilde a la luz del Sagrario." (5FEB2023)

 LA PALABRA:

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,13-16):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor



SI LA SAL SE VUELVE SOSA…


Pocos escritos pueden sacudir hoy el corazón de los creyentes con tanta fuerza como el pequeño libro de Paul Evdokimov, El amor loco de Dios. Con fe ardiente y palabras de fuego, el teólogo de San Petersburgo pone al descubierto nuestro cristianismo rutinario y satisfecho.

Así ve P. Evdokimov el momento actual: «Los cristianos han hecho todo lo posible para esterilizar el evangelio; se diría que lo han sumergido en un líquido neutralizante. Se amortigua todo lo que impresiona, supera o invierte. Convertida así en algo inofensivo, esta religión aplanada, prudente y razonable, el hombre no puede sino vomitarla». ¿De dónde procede este cristianismo inoperante y amortiguado?

Las críticas del teólogo ortodoxo no se detienen en cuestiones secundarias, sino que apuntan a lo esencial. La Iglesia aparece a sus ojos no como «un organismo vivo de la presencia real de Cristo», sino como una organización estática y «un lugar de autonutrición». Los cristianos no tienen sentido de la misión, y la fe cristiana «ha perdido extrañamente su cualidad de fermento». El evangelio vivido por los cristianos de hoy «no encuentra más que la total indiferencia».

Según Evdokimov, los cristianos han perdido contacto con el Dios vivo de Jesucristo y se pierden en disquisiciones doctrinales. Se confunde la verdad de Dios con las fórmulas dogmáticas, que en realidad solo son «iconos» que invitan a abrirnos al Misterio santo de Dios. El cristianismo se desplaza hacia lo exterior y periférico, cuando Dios habita en lo profundo.

Se busca entonces un cristianismo rebajado y cómodo. Como decía Marcel More, «los cristianos han encontrado la manera de sentarse, no sabemos cómo, de forma confortable en la cruz». Se olvida que el cristianismo «no es una doctrina, sino una vida, una encarnación». Y cuando en la Iglesia ya no brilla la vida de Jesús, apenas se constata diferencia alguna con el mundo. La Iglesia «se convierte en espejo fiel del mundo», al que ella reconoce como «carne de su carne».

Muchos reaccionarán, sin duda, poniendo matices y reparos a una denuncia tan contundente, pero es difícil no reconocer el fondo de verdad hacia el que apunta Evdokimov: en la Iglesia falta santidad, fe viva, contacto con Dios. Faltan santos que escandalicen porque encarnan «el amor loco de Dios», faltan testigos vivos del evangelio de Jesucristo.

Las páginas ardientes del teólogo ruso no hacen sino recordar las de Jesús: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaran? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente».

José Antonio Pagola

Publicado en www.gruposdejesus.com


Lectura del libro de Isaías (58,7-10):

ESTO dice el Señor:
«Parte tu pan con el hambriento,
hospeda a los pobres sin techo,
cubre a quien ves desnudo
y no te desentiendas de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”.
Cuando alejes de ti la opresión,
el dedo acusador y la calumnia,
cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo
y sacies al alma afligida,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad como el mediodía».

Palabra de Dios

Sal 111,4-5.6-7.8a.9

R/.
 El justo brilla en las tinieblas como una luz

V/. En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos. R/.

V/. Porque jamás vacilará.
El recuerdo del justo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor. R/.

V/. Su corazón está seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad dura por siempre
y alzará la frente con dignidad.
R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2,1-5):

YO mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado.
También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Palabra de Dios


 ¡CONTIGO , CONTIGO SIEMPRE!

En esta semana de ponerse malo, de estar agotado y con el cuerpo pidiendo cama, uno siente más eso de ser sal y de ser luz. Porque gracias a los compañeros se sigue brillando, aun estando ausente.
Somos parte de una maquinaria, no diré perfecta, pero sí bien engrasada.
La fuerza del Espíritu hace que nos pongamos en el lugar del otro, con total naturalidad y absoluta disponibilidad.

No es raro que nuestros alumnos nos vean como parte de una gran familia y nos traten con esa familiaridad del que se sabe querido, cuidado, del que siente que se preocupan y ocupan por él.
Esa es nuestra manera cristiana tellista de ser sal, de ser luz.


Nos adaptamos a las circunstancias, a las necesidades, pero cuidamos las formas, los tiempos y los sentimientos.
Nadie dijo que esto de brillar sea fácil.
Pero nuestra fe en las posibilidades de mejora de cualquier ser humano es firme.
Puede que los resultados de nuestra entrega, de nuestra dedicación, no brillen siempre en los demás de la misma manera y al unísono.El tiempo nos enseña, cada vez que nos cruzamos con un antiguo alumno o una familia que pasó por el colegio, que lo sembrado dio frutos.



Y una vez conocedores de que somos la sal de la tierra y la luz del mundo, es momento de tomar conciencia también de nuestra fragilidad. Del peso de las muchas cargas que tenemos. de la necesidad de CUIDARNOS y de DEJARNOS CUIDAR.
Nos toca cuidar a nuestros padres. Devolver una pequeña parte de lo que ellos hicieron para que nosotros llegáramos a ser lo que somos. Eso supone un extra de tiempo, de entrega, de sufrimiento. Nos empuja a tomar decisiones difíciles, a sentir la impotencia de la falta de recursos.Pero también nos llena de satisfacción el deber cumplido y el tiempo compartido.
Nos toca cuidar a nuestros hijos. Ver crecer en ellos lo mejor de nosotros mismos. acompañarlos en esta aventura, sufrir y preocuparnos cuando enferman, o cuando las cosas en la escuela no van como nos gustaría que fueran.
Pero también nos llenan sus abrazos, su alegría, sus locas aventuras y el tiempo compartido.

Nos toca cuidarnos. Seguro que hay otras muchas más razones, pero creo que no necesito convenceros.

Nos toca cuidarnos.
Hay que sacar tiempo para cada uno. 
Es necesario buscar momentos de compartir.
Es necesario que se nos escuche.
Y estar dispuesto a escuchar.

Cuidarse, también es parte de la misión.

Ánimo y adelante.
¡Contigo Sí, Contigo Siempre!


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