Ser santo hoy, según el Papa Francisco
Cinco grandes manifestaciones de amor a Dios y al prójimo
El capítulo cuarto de la exhortación Gaudete et exsultate, bajo el título “Algunas notas de la santidad en la vida actual”, lo dedica el Papa a explicar algunas de las formas más importantes en que se manifiesta la entrega a Dios en el contexto actual y ante los desafíos que la cultura contemporánea presenta a la vida cristiana.
En primer lugar, la paciencia: “El testimonio de santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y constancia en el bien”, escribe. Esa paciencia exige domesticar la agresividad, especialmente la violencia verbal en las redes sociales o los nuevos medios de comunicación, y pacificar nuestra inclinación a la virulencia. Otro de los signos de santidad es la alegría y el sentido del humor, que nacen de la virtud de la esperanza, y que, por su fuente sobrenatural, están por encima de los reveses de la vida y el sufrimiento.
Repitiendo otra de las claves de su predicación, señala Francisco que la vida cristiana se caracteriza por la audacia y el atrevimiento evangelizador, la parresía. Es precisamente la confianza en Cristo nacida de la intimidad con Él lo que explica “el coraje apostólico” y obliga al cristiano a salir de sí mismo y lanzarse a las “periferias y fronteras”.
En cuarto lugar, alude a la dimensión comunitaria de la santidad. En la familia, en la parroquia y en cualquier comunidad humana, lo importante es compartir la fe y los compromisos religiosos, superando el individualismo. A la vez, es indispensable un espíritu constante de oración, pues todo santo tiene necesidad de comunicarse con Dios y de alejarse del ruido ambiental, asegurando espacios de soledad e intimidad con el Señor para profundizar en su entrega. En concreto, el Papa recomienda frecuentar los sacramentos, las prácticas de piedad, los sacrificios y la lectura de la Sagrada Escritura.
https://www.aceprensa.com/religion/ser-santo-hoy-segun-el-papa-francisco/
(La oración sencilla del PadreNuestro y del Ave María pidiéndoles a Jesús y a María que nos acompañen en nuestro camino, bastará.
Pero si alguien no entiende porqué se ve tanta gente en estas fotos, podéis hacer la oración de Bécquer, que pide la intercesión de todos los que formamos el pueblo de Dios para el perdón de nuestros errores.)
Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte,
rogad por nosotros.
Profetas que rasgásteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogad por nosotros.
Almas cándidas, Santos Inocentes
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogad por nosotros.
Apóstoles que echasteis en el mundo
de la Iglesia el cimiento poderoso,
al que es de la verdad depositario
rogad por nosotros.
Mártires que ganásteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogad por nosotros.
Vírgenes semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogad por nosotros.
Monjes que de la vida en el combate
pedísteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogad por nosotros.
Doctores cuyas palmas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es raudal de ciencia inextinguible,
rogad por nosotros.
Soldados del ejército de Cristo,
Santas y Santos todos,
rogad que perdone nuestras culpas
a Aquel que vive y reina entre vosotros.
Amén
Autor: Gustavo Adolfo Béquer
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