El rezo empieza con una palabra que conoceis: FORMACIÓN.
Ese proceso por el cual algo cambia, se modifica, se amplia o crece en nosotros a lo largo del tiempo.
Nuestro conocimiento de Dios, como luz, verdad y vida.
Nuestra percepción del mundo y de las cosas y personas que en él están.
Nuestro propio reconocimiento como individuos dentro de una sociedad, de una familia.
Y por algo que, a lo peor, desconoceis. Los maestros estamos en constante formación, para adaptarnos a los tiempos y a las personas que transitan por esos tiempos.
Sí, si, es nuestra tarea, también,fuera de clase: seguir aprendiendo.
Así que nos hemos puesto manos a la obra y hemos puesto, de nuevo,en marcha un proceso de hacer camino, de crecer, de aprender los unos de los otros: LA MISIÓN COMPARTIDA.
De forma muy sencilla. Simple, como le gusta al Señor.
Con ejemplos de vida. Dando testimonio.
Haciendo que se sienta la cercanía, la comunión entre las personas.
Visualizando que somos Familia por acogida, por cariño, por cuidado.
Somos Familia Tellista.
El rezo es porque estas flores que tenemos hoy entre las manos, con la alegría del trabajo bien hecho, den su fruto.
Sean un nuevo Nazaret en el siglo XXI.
El sueño de Matilde sostenido por todos los que la quieren.
Si todo es obra de Dios, Él nos acompañará en este camino, igual que lo ha hecho hasta ahora.
Nos preguntará, nos pedirá y nos moverá a ser y a hacer.
Nuestro rezo es muy humilde, pero firme.
Juntos somos más.
Amén.
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