domingo, 16 de febrero de 2014

LAS ALIANZAS Y EL AMOR...¡¡¡LO VIEJO, LO NUEVO, LO ETERNO!!!


Jesús se explica ante quien le quiera escuchar.
Pone en claro que su misión no es abolir la ALIANZA de DIOS PADRE con sus hijos, los hombres, si no llevarla a su plenitud, UNIVERSALIZÁNDOLA.
El pueblo de Dios, Israel, se amplía al llegar el mensaje a los gentiles.
¡A NOSOTROS!
LA PLENITUD DE LA NUEVA ALIANZA ES EL AMOR.
Amor, a la familia, al hermano, a la esposa, al prójimo.
Y en la última frase del evangelio de hoy nos recuerda nuestra absoluta LIBERTAD y las consecuencias de nuestros actos cuando elegimos el camino equivocado.
En nuestro corazón está procurar equivocarnos las menos veces posibles y confiar en la Misericordia de Dios para que nos ayude a corregirnos.
AHORA NOS TOCA DEFINIR QUÉ MODELO DE AMOR ES EL NUESTRO PARA SABER SI VAMOS POR BUEN CAMINO.
¡PONGÁMONOS A LA TAREA! ¡AMÉN!

LA PALABRA:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil" tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado" merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto. Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio." Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor." Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»

 

 Cristo nos enseña que la medida del amor está en amar sin medida. Y a
 eso vino Él a nuestro mundo: a enseñarnos a amar. Ojalá lo entendamos.
 Saludos muy cordiales. P. Alberto Busto.
         Amar sin medida.  Aparece Jesús en el evangelio de de hoy charlando amigablemente con sus discípulos. Posiblemente éstos en más de una ocasión han quedado un poco escandalizados de la conducta del Maestro. Por ejemplo, al verle comer con los pecadores, al enterarse de que había perdonado generosamente a una mujer de mala vida; al advertir que  veces él mismo comía sin lavarse repetidamente las manos. ¿Habrá venido este hombre a abolir la ley de Dios?
         “En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir sino a dar plenitud.”  Porque la plenitud de la ley está en el amor. No en la observancia rigurosa del texto de esa ley. La letra mata. El espíritu es el que da vida.
         Y por si a los discípulos les quedaba alguna duda, añadió: “Os lo aseguro: si no sois mejores que los letrados y los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
         Añadió: si vas a llevar un día tu ofrenda al altar y te acuerdas allí mismo no de que tú tienes algo contra tu hermano, sino si de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda, tu limosna, y reconcíliate antes con tu hermano. La ofrenda ofrécesela a Dios después.
         Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo que no sólo peca contra este mandamiento el que lo hace de hecho. También peca el que mira a una mujer casada deseándola. En este caso ya ha sido adúltero con ella en su interior. Nadie podrá acusarle de ese pecado de infidelidad. Dios, sí. Porque la plenitud de la ley está en el amor. Y Dios es amor.
         Los hombres llamados honestos tienen que mirarse las manos. Y al encontrarlas manchadas con la sangre de sus mismos hermanos, caerán en la cuenta de que también se puede matar con la lengua. Y comprenderán que quien se acerca al altar, sin haber antes perdonado a su hermano, es un profanador del templo.
         Y los hombres de bien, los que observan hasta el detalle las más insignificantes disposiciones de la ley, convencidos de que para estar “limpios” basta con lavarse las manos antes de comer, descubrirán de improviso que hay pensamientos que también pueden manchar.   
 Sabéis que se mandó a los antiguos “No jurarás en falso” Pues yo os digo que no juréis en absoluto. A vosotros os basta decir si o no. Lo que pasa de ahí viene del Diablo”.
         Estos “pero” repetidos por Cristo señalan el paso del antiguo al nuevo testamento. Paso del legalismo a la ley del amor. Del sentido humano a la divina locura de la Cruz. Del orden formalista al escándalo del Evangelio. No es la abolición de la ley, sino la suprema perfección, el cumplimiento de la ley. La perfección de la interioridad, del amor. Un amor cuya única medida es no tener medida.      
         Quedémonos con las palabras de san Pablo en la segunda lectura: “Dios, a los que le aman les ha revelado cosas nunca vistas ni oídas. Ha depositado como un secreto, y también como un germen, estas cosas inauditas e impensables en el corazón de los creyentes. Y este germen produce una sabiduría divina, misteriosa, escondida, que no es de este mundo ni de los que dominan este mundo.  

         Y recordemos que rezar es, sobre todo, escuchar.

PARA REFLEXIONAR:
14 de febrero… ¿EL NEGOCIO DEL AMOR?
¿Qué sabemos de esta tradición? ¿Por qué nos hacemos regalos en San Valentín? Hay varias teorías alrededor de la celebración de San Valentín, por una parte algunos teóricos dicen que proviene de una tradición de griegos y romanos de venerar en ese día su dios del amor, Eros para unos y Cupido para los otros. También se afirma que esta fecha coincide con el inicio de la época de aparejamiento de los pájaros, y finalmente la tradición católica nos habla de un obispo mártir, San Valentín.
Se dice que este obispo, que vivió en el siglo III en Roma, casaba de forma clandestina y por el rito católico a los soldados, que tenían prohibido el matrimonio. Cuando fue descubierto, el gobernador de Roma decidió encarcelarlo y, según cuenta la leyenda, pidió a San Valentín que instruyera a su hija. Antes de morir, el santo, que se había enamorado de la joven, envió una nota de amor a la chica, firmada como Tu Valentín. Con el paso de los años la tradición de San Valentín se popularizó en todo el mundo.(Aquí en España, fueron unos grandes almacenes los que pusieron en marcha esta iniciativa.)
Pero pasemos de la anécdota. ¿Cuál es el modelo de amor que se nos transmite desde los medios de comunicación, el que realmente tiene nuestra sociedad actual? ¿No será por la prevalencia de ese “Amor” (objeto, egoísta) frente al AMOR (valor, entrega) por lo que cada vez estamos más necesitada de una NUEVA EVANGELIZACIÓN?
Este dilema no es nuevo. Su vigencia le lleva a estar igualmente presente en el Siglo de Oro que en las actuales redes sociales. Para muestra estos dos ejemplos. ¡Disfrutadlos… y a reflexionar!
“Amor, que nunca das lo que prometes
Y como niño pides lo que has dado,
Que no hay segura edad, que no hay estado
Que no turbes, ni derribes, ni inquietes.

 Amor, que no hay libranza que no aceptes
Y al tiempo de pagarla ya has quebrado,
 aunque luego te rindes despreciado
y siempre a los cobardes acometes.

 Amor, vestido de inconstantes lunas,
Hijo de la esperanza y del desprecio,
Necio mil veces y discreto algunas.
¿Quién de discreto te ha de dar el precio,
pues donde descansas más, más importunas?
Importunar es condición de necio.”

LOPE DE VEGA






No hay comentarios:

Publicar un comentario