lunes, 9 de abril de 2012

CAPUCHONES, PENITENTES, PASOS Y PROCESIONES... ¡LA FE DEL PUEBLO TOMA LAS CALLES!



REZAR LAS ESTACINES EL JUEVES SANTO.

Imágenes del Cristo de Medinaceli.
Imagen de La Dolorosa que procesiona junto al Cristo de Medinaceli.

VIERNES SANTO DE SILENCIO Y PROCESIÓN.

La Dolorosa, bajo palio y portada únicamente por mujeres.

"En el Viernes Santo, el itininerario espiritual de estos días nos lleva  junto a la cruz de Jesús.
Una cruz que adoramos, meditando la pasión del Señor.
Jesús acepta la voluntad del Padre y se entrega por la salvación de todos los hombres.
Meditamos y agradecemos en este día, que Dios mismo ha asumido el dolor humano en su Hijo, convirtiéndolo en instrumento de salvación.
Adoramos la Cruz porque es nuestra única esperanza, conscientes también de que la cruz de Cristo no es la última palabra de Dios sobre el mundo.
La última palabra es la Resurrección,
porque la Cruz siempre acaba en la Resurrección.
El Viernes Santo es un día de gran dramatismo espiritual y de una gran exigencia.
Somos invitados a contemplar y agradecer la muerte de Cristo por nosotros y por todos los hombres."
José Ángel Saiz Meneses. Obispo de Tarrasa.

 

Procesión del Cristo del Silencio o de los Alabarderos.

"... Era la hora tercia cuando lo crucificaron.
En el letrero de la acusación estaba escrito: El rey de los judios.
Crucificaron con Él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz. de igual modo los sumos sacerdotes también se burlaban de Él...
Al llegar la hora sexta, toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona.
Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente: Eloí, Eloí, lemá saqtaní (que significa: ¡Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has avandonado?)
Algunos de los presentes, al oirlo, decían: Mira, llama a Elías... ¡Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo!
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
El velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver como había expirado, dijo: Verdaderamente este hombre era
HIJO DE DIOS. (Mc14,1-15,47)

No hay comentarios:

Publicar un comentario