Todo aquel que haya leído sus escritos, se ha sentido contagiado por la mística de Cristo expresada en el lenguaje de un joven de nuestro tiempo.
Rafael descubre que es absolutamente feliz, porque es absolutamente desgraciado.
Y esto se explica por su inmensa fe.
Los planes humanos, truncados por la enfermedad, dejan paso a la aceptación de la Obra de Dios en nosotros, los hombres, y ,frente a la resignación, brota la alegría con la inmensa fuerza de la fe, que le lleva a proclamar "SÓLO DIOS BASTA".
Bajo la bendición de esa sonrisa silenciosa del HERMANO RAFAEL, comenzaremos, hoy, LOS TELLISTAS nuestro encuentro en Madrid.
Que su mensaje, compartido con MADRE MATILDE, nos inspire y de valor, siempre.
"Que toda nuestra vida sea un acto de amor."
No hay comentarios:
Publicar un comentario