domingo, 28 de febrero de 2016

Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»

CRECER CREYENDO:


 Lc (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» 
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»

Palabra del Señor


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.6-7.8.11

R/.
 El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.




COMENTARIO:

“¿DÓNDE ESTAMOS NOSOTROS?”

Unos desconocidos le comunican a Jesús la noticia de la horrible matanza de unos galileos en el recinto sagrado del templo. El autor ha sido, una vez más, Pilato. Lo que más los horroriza es que la sangre de aquellos hombres se haya mezclado con la sangre de los animales que estaban ofreciendo a Dios.

No sabemos por qué acuden a Jesús. ¿Desean que se solidarice con las víctimas? ¿Quieren que les explique qué horrendo pecado han podido cometer para merecer una muerte tan ignominiosa? Y si no han pecado, ¿por qué Dios ha permitido aquella muerte sacrílega en su propio templo?

Jesús responde recordando otro acontecimiento dramático ocurrido en Jerusalén: la muerte de dieciocho personas aplastadas  por la caída de un torreón de la muralla cercana a la piscina de Siloé. Pues bien, de ambos sucesos hace Jesús la misma afirmación: las víctimas no eran más pecadores que los demás. Y termina su intervención con la misma advertencia: «si no os convertís, todos pereceréis».





La respuesta de Jesús hace pensar. Antes que nada, rechaza la creencia tradicional de que las desgracias son un castigo de Dios. Jesús no piensa en un Dios "justiciero" que va castigando a sus hijos e hijas repartiendo aquí o allá enfermedades, accidentes o desgracias, como respuesta a sus pecados.

Después, cambia la perspectiva del planteamiento. No se detiene en elucubraciones teóricas sobre el origen último de las desgracias, hablando de la culpa de las víctimas o de la voluntad de Dios. Vuelve su mirada hacia los presentes y los enfrenta consigo mismos: han de escuchar en estos acontecimientos la llamada de Dios a la conversión y al cambio de vida.

¿Cómo leer cualquier tragedia de violencia o catástrofe natural desde la actitud de Jesús? Ciertamente, lo primero no es preguntarnos dónde está Dios, sino dónde estamos nosotros. La pregunta que puede encaminarnos hacia una conversión no es "¿por qué permite Dios estas horribles desgracias?", sino "¿cómo consentimos nosotros que tantos seres humanos vivan en la miseria, tan indefensos ante la fuerza de la naturaleza o de nuestro odio y violencia?".

Al Dios crucificado no lo encontraremos pidiéndole cuentas a una divinidad lejana, sino identificándonos con las víctimas. No lo descubriremos protestando de su indiferencia o negando su existencia, sino colaborando de mil formas por mitigar el dolor de tantos seres humanos del mundo entero. Entonces, tal vez, intuiremos entre luces y sombras que Dios está en las víctimas, defendiendo su dignidad y en los que luchan contra el mal, alentando su combate.

La parábola de la higuera estéril es una llamada de alerta a quienes viven de manera infecunda y mediocre. ¿Cómo es posible que una persona que recibe la vida como un regalo lleno de posibilidades vaya pasando los días malgastándola inútilmente? Según Jesús, es una grave equivocación vivir de manera estéril y perezosa, dejando siempre para más tarde esa decisión personal que sabemos daría un rumbo nuevo, más creativo y fecundo a nuestra existencia.

REFLEXIONES:

Nada más terminar de leer el comentario de hoy me habéis venido a la cabeza los que hacéis el camino con la enfermedad a cuestas. (Y no penséis que en el resto de las oraciones no estáis en mente especialmente, porque no es verdad. Creo, por experiencia personal, que la oración es un bálsamo ante el dolor, la desesperación y la soledad.) Aunque también podríamos decir eso de que “un sano es un enfermo que no sabe que lo está” (el camino va haciendo mella en cada uno de nosotros, ¿verdad?) y así no hacer distingos.


El caso es que quiero luchar aquí con esa sensación que podemos tener de ser ya una higuera que no da fruto. No es el camino de Cuaresma para que nos mostremos tristes, solos, prisioneros de nuestras dudas y miedos.
Si andas en esa encrucijada estos versos que comparto son de obligado cumplimiento.


Nuestro Dios, el que enseñó su Hijo, Jesús, es un Dios de BIENAVENTURAZAS. No queremos explicar lo que no tiene más explicación que lo que es: LA VIDA. Ese regalo de AMOR que nos es dado al venir a este mundo y cada uno convertimos en un camino para un fin, según nuestra fe, LA RESURRECCIÓN.
Por esta razón el camino de Cuaresma ha de ser de recogimiento, interiorización, búsqueda, pero sobre todo de ALEGRÍA, puesto que nosotros contamos con la ventaja, no como sus primeros discípulos, de saber cuál es el final.
Dios nos ha hecho libres, para que elijamos nuestro camino.
Elijamos ser ALEGRES en el compartir, en el acompañar, en el celebrar, en el orar, aun sufriendo el dolor, aun sintiendo la desgracia, aun estando rodeados de incomprensión.

Así que pidamos al Señor nos de fuerzas para saber llevar todas nuestras cargas con alegría y ser higueras que den fruto. AMÉN.


¡Ánimo y adelante!











domingo, 21 de febrero de 2016

«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.» Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

CRECER CREYENDO:





















Lc (9,28b-36):

En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. 
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
 

Palabra del Señor


Salmo
Sal 26,1.7-8a.8b-9abc.13-14

R/.
 El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mí corazón:
«Buscad mi rostro.» R/.

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.


COMENTARIO:
ESCUCHAR SOLO A JESÚS”
      
La escena es considerada tradicionalmente como "la transfiguración de Jesús". No es posible reconstruir con certeza la experiencia que dio origen a este sorprendente relato. Sólo sabemos que los evangelistas le dan gran importancia pues, según su relato, es una experiencia que deja entrever algo de la verdadera identidad de Jesús.

En un primer momento, el relato destaca la transformación de su rostro y, aunque vienen a conversar con él Moisés y Elías, tal vez como representantes de la ley y los profetas respectivamente, sólo el rostro de Jesús permanece transfigurado y resplandeciente en el centro de la escena.

Al parecer, los discípulos no captan el contenido profundo de lo que están viviendo, pues Pedro dice a Jesús:«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Coloca a Jesús en el mismo plano y al mismo nivel que a los dos grandes personajes bíblicos. A cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía un lugar central y absoluto en su corazón.

La voz de Dios le va a corregir, revelando la verdadera identidad de Jesús: «Éste es mi Hijo, el escogido», el que tiene el rostro transfigurado. No ha de ser confundido con los de Moisés o Elías, que están apagados. «Escuchadle a él». A nadie más. Su Palabra es la única decisiva. Las demás nos han de llevar hasta él.

Es urgente recuperar en la Iglesia actual la importancia decisiva que tuvo en sus comienzos la experiencia de escuchar en el seno de las comunidades cristianas el relato de Jesús recogido en los evangelios. Estos cuatro escritos constituyen para los cristianos una obra única que no hemos de equiparar al resto de los libros bíblicos.

Hay algo que sólo en ellos podemos encontrar: el impacto causado por Jesús a los primeros que se sintieron atraídos por él y le siguieron. Los evangelios no son libros didácticos que exponen doctrina académica sobre Jesús. Tampoco biografías redactadas para informar con detalle sobre su trayectoria histórica. Son "relatos de conversión "que invitan al cambio, al seguimiento a Jesús y a la identificación con su proyecto.

Por eso piden ser escuchados en actitud de conversión. Y en esa actitud han de ser leídos, predicados, meditados y guardados en el corazón de cada creyente y de cada comunidad. Una comunidad cristiana que sabe escuchar cada domingo el relato evangélico de Jesús en actitud de conversión, comienza a transformarse. No tiene la Iglesia un potencial más vigoroso de renovación que el que se encierra en estos cuatro pequeños libros.

Los seguidores de Jesús no vivimos de cualquier creencia, norma o rito. Una comunidad se va haciendo cristiana cuando va poniendo en su centro el Evangelio y solo el Evangelio. Ahí se juega nuestra identidad. No es fácil imaginar un hecho social más humanizador que un grupo de creyentes escuchando juntos el «relato de Jesús»." José Antonio Pagola. Grupos de Jesús Parroquia San Vicente Mártir de Obando - Bilbao.


REFLEXIÓN:

Hoy la Oración es una llamada a mejorar la percepción de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Nos pasa como a Pedro. Estamos delante de Jesús, tantas veces al cabo del día y no lo vemos. Le seguimos poniendo al mismo nivel que nuestras preocupaciones, que nuestros problemas, que nuestras necesidades.
Sí, porque nosotros también tenemos necesidades. La primera y más grande, de AMOR. Si no tenemos amor, difícilmente podemos darlo. Ofreceremos un sucedáneo, como esas barritas energéticas que sustituyen una comida. Y obtendremos el mismo efecto en los demás: Pérdida de peso moral, espiritual y afectivo, una cara de disgusto y un sentirse vacios y engañados. Y yo eso no lo quiero ni para mí ni para los demás.

 

Los tellistas tenemos en la EUCARISTÍA un cargador interior, pues nos pone en comunicación, como grupo de personas en camino, y nos alimenta de amor de Dios, no para hincharnos cual pavos reales, tan bellos como inútiles, sino para fortalecernos y ser fuente de ese amor para los demás.



Nuestro nombre como grupo, “A LA LUZ DEL SAGRARIO, CON MATILDE” ya da una pista de nuestras intenciones. El camino que cada uno tome, desde la libertad y el amor, le llevará a seguir viendo la luz en la vela o a descubrir que la LUZ está realmente en el interior del Sagrario.


 

Seamos LUZ para los que nos rodean.
Brillemos y demos calor, sin miedo.

¡Que no disminuya nunca la fuerza del amor en nuestro corazón!


¡Ánimo y adelante!

domingo, 14 de febrero de 2016

Jesús le contestó: - Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre».«Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto».Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios». Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión."

CRECER CREYENDO:





















Lucas 4,1-13

"En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: - Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús le contestó: - Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre».
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: - Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.
Jesús le contestó: - Está escrito: «Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto».
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: - Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras».
Jesús le contestó: - Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios».
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión."
PALABRA DE DIOS.

 

Salmo
Sal 90,1-2.10-11.12-13.14-15

R/.
 Está conmigo, Señor, en la tribulación

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R/.

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R/.

Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R/.

«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré.» R/.

COMENTARIO:
"IDENTIFICAR LAS TENTACIONES
      
Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.
Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida? 
En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará» los panes para alimentar el hambre de la gente.
Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando: ¿dónde están vuestros hermanos?
En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres,  débiles e indefensos.
En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.
En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.
Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad.

¿Con qué nos alimentamos por dentro? ¿De dónde sacamos fuerzas para vivir día a día?
Sería bueno vivir esta Cuaresma leyendo cada día un pasaje del Evangelio, nos ayudará a conocer mejor a Jesús, escuchando con más profundidad la Palabra de Dios. Nos hará bien."

REFLEXIÓN:
 

Este mes de Febrero, lo estamos dedicando a intentar no caer en la primera tentación. Desde nuestra posición de privilegio, vamos a procurar concienciar a los que tenemos más cerca, la comunidad educativa, de la importancia de COMPARTIR. En febrero, en muchas casas, la cuesta de Enero se duplica. El gasto que las familias hacen en lo superfluo, o en lo necesario según el nivel adquisitivo o cultural de cada uno, hace de este mes un claro exponente de LA NECESIDAD, sin tener que ir más allá del barrio.


Queremos ser así FUENTE DE MISERICORDIA, y en la medida de nuestras posibilidades, DAR para que otras personas reciban. Ya vendrá Satanás a malmeternos y tentarnos, con su “ellos se lo han buscado”, con su “viven mejor que tú, porque no se preocupan de nada y ahora vienen a aprovecharse de tu caridad” y con su “¿por qué te tienes que quitar tú de algo, con lo que te cuesta ganarlo y lo justo que vas, para que lo disfruten los demás?”

 

Pero ante ese discurso que pretende inmovilizarnos en nuestro “lado oscuro” y hacernos ovejas fáciles de manipular, nosotros tenemos que hacer aflorar LAS OBRAS DE MISERICORDIA. Sacar al exterior el “DAR DE COMER AL HAMBRIENTO Y DE BEBER AL SEDIENTO” que por el carisma de cristianos tellistas es una de nuestras señas de identidad. Solo el AMOR, como entrega, vence al mal. En ello estamos, así que: ¡¡¡SEMBREMOS!!!

 
Se juntan este domingo dos caminos: uno es el del amor que resiste las tentaciones y otro es el del amor de consumo. Un camino es interior y el otro exterior, pero muchas personas transitamos por los dos paralelamente. Llegar a tomar conciencia de esta dualidad es lo que hace que se junten, como el agua y el aceite, pero que no se puedan, ni se deban, mezclar.
A veces el Señor me pone en situaciones en las que siendo experto en nada y teniendo todo por delante para aprender necesito predicar y esta es una de ellas.
Hablar del AMOR es siempre hablar de una búsqueda. De ir tras el Santo Grial de la felicidad. Y aquí hay tanto camino por recorrer, que no podemos fiarnos ni de las experiencias pasadas, pues siempre aparece como una nueva rosa con sus gotas de rocío y sus espinas, ni de los mapas que nos indican el camino. El amor es siempre un territorio inhóspito, inexplorado al que accedemos e inmediatamente comenzamos a desbrozar para hacerlo accesible como hogar o paraíso. Y en esa tarea dejamos la vida, ponemos el alma, aún a sabiendas de que hay ecuaciones de muy difícil solución y que el valor de “X” y de “Y” cambia según el cristal con que se mira. Y por eso las matemáticas del amor son nutritivas, nos hacen crecer, porque nunca dos y dos son cuatro. Porque hay que estar atento, dejarse llevar por la intuición, arriesgar, ya que el amor es como una corriente de agua, que a veces se deja embalsar, pero que si no se mueve, renueva se termina por estropear. Por esta razón tan simple, cuando tú sueltas amor, abres las compuertas al otro, inmediatamente, se pone a llover el amor que rellenará, tarde o temprano, tu embalse.
Como veis no tengo ni idea del tema, pues esta teoría floral-matemática-hidrológica es tan válida como inútil. Por eso me termino quedando siempre con Jesús: “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO OS HE AMADO”. Fácil, concreta, sin tanta palabra que esconde dudas, miedos e inseguridades. Te ciñes al ejemplo y ya está. Por muy torpe que seas lo puedes lograr.
 
Pues eso, busquemos el amor en los demás y entreguémonos, evitando las tentaciones.
BENDITO CAMINO DE CUARESMA. ¡¡¡Ánimo y adelante!!!



domingo, 7 de febrero de 2016

Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

CRECER CREYENDO:



Lc (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. 
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» 
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. 
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor

















Salmo
Sal 137

R/.
 Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.





















COMENTARIO:

“RECONOCER EL PECADO”
      
El relato de "la pesca milagrosa" en el lago de Galilea fue muy popular entre los primeros cristianos. Varios evangelistas recogen el episodio, pero sólo Lucas culmina la narración con una escena conmovedora que tiene por protagonista a Simón Pedro, discípulo creyente y pecador al mismo tiempo.

Pedro es un hombre de fe, seducido por Jesús. Sus palabras tienen para él más fuerza que su propia experiencia. Pedro sabe que nadie se pone a pescar al mediodía en el lago, sobre todo si no ha capturado nada por la noche. Pero se lo ha dicho Jesús y Pedro confía totalmente en él: «Apoyado en tu palabra, echaré las redes».

Pedro es, al mismo tiempo, un hombre de corazón sincero. Sorprendido por la enorme pesca obtenida, «se arroja a los pies de Jesús» y con una espontaneidad admirable le dice: «Apártate de mí, que soy pecador». Pedro reconoce ante todo su pecado y su absoluta indignidad para convivir de cerca con Jesús.

Jesús no se asusta de tener junto a sí a un discípulo pecador. Al contrario, si se siente pecador, Pedro podrá comprender mejor su mensaje de perdón para todos y su acogida a pecadores e indeseables. «No temas. Desde ahora, serás pescador de hombres». Jesús le quita el miedo a ser un discípulo pecador y lo asocia a su misión de reunir y convocar a hombres y mujeres de toda condición a entrar en el proyecto salvador de Dios.

¿Por qué la Iglesia se resiste tanto a reconocer sus pecados y confesar su necesidad de conversión? La Iglesia es de Jesucristo, pero ella no es Jesucristo. A nadie puede extrañar que en ella haya pecado. La Iglesia es "santa" porque vive animada por el Espíritu Santo de Jesús, pero es "pecadora" porque no pocas veces se resiste a ese Espíritu y se aleja del evangelio. El pecado está en los creyentes y en las instituciones; en la jerarquía y en el pueblo de Dios; en los pastores y en las comunidades cristianas. Todos necesitamos conversión.

Es muy grave habituarnos a ocultar la verdad pues nos impide comprometernos en una dinámica de conversión y renovación. Por otra parte, ¿no es más evangélica una Iglesia frágil y vulnerable que tiene el coraje de reconocer su pecado, que una institución empeñada inútilmente en ocultar al mundo sus miserias? ¿No son más creíbles nuestras comunidades cuando colaboran con Cristo en la tarea evangelizadora, reconociendo humildemente sus pecados y comprometiéndose a una vida cada vez más evangélica? ¿No tenemos mucho que aprender también hoy del gran apóstol Pedro reconociendo su pecado a los pies Jesús?" 





REFLEXIÓN:

Ser pescador, labrador, malabarista, maestro… al final es tirar la red, la semilla, la palabra.




Lo difícil es decir: Lo dejo todo y te sigo.

La corriente no sigue ese camino. La corriente baja con fuerza, no teme ni la oscuridad ni los desniveles.


Y tú quieres dejarlo todo y ser remanso…
No importa el éxito profesional, ni el prestigio social…






















La corriente empuja, brama, salpica incesantemente, te cala hasta los huesos, te hace perder los asideros, te aleja de la orilla…y tu sonrisa es espuma y tu luz es fría…
Y tú vas a dejarlo todo y ser remanso.

Si nuestra MISIÓN es ser pescadores de hombres ¿podemos tener miedo al agua?¿Nuestro lugar es la corriente, el pozo o la orilla? Cada uno tiene su respuesta porque a cada uno el Señor le llama de una manera.




Esta es mi forma de servir al que me llama.
Este es mi remanso y mi corriente.


Déjalo todo porque vamos a seguirle. AMÉN.