El Adviento es siempre tiempo de bullicio en un colegio tellista.
Cambia la decoración, aparecen los belenes en las clases y todo huele a "vísperas de un gran acontecimiento".
Leyendo el ABC (la grapa, que dicen mis amigos) este domingo me detuve en la columna de Jesús Higueras y el reencuentro me hizo reflexionar.
"San Lucas nos da en su evangelio los datos históricos exactos en los que Juan el Bautista comienza su ministerio a orillas del río Jordán. Con ello nos quiere decir con toda claridad que tanto el Precursor como el mismo Cristo no son personajes míticos, que aparecen en la imaginación de los hombres como las divinidades de otras religiones, sino que son personas reales, de carne y hueso, que viven en un lugar concreto y en un momento concreto de la historia de la humanidad. Esto que es aplicable a la historia en general también lo podemos decir de nuestra propia historia, pues Jesucristo no es alguien a quien yo invoco como un ser que me imagino más o menos bueno, sino que Jesús es también alguien, que, porque ha vencido a la muerte convirtiéndose en el Salvador del mundo, puede intervenir en mi vida y en mi historia personal. Es más, la fe consiste en tener un encuentro con Jesucristo vivo, que interviene en mi vida de un modo cierto. Él no es un fantasma o alguien que vivió hace muchos siglos. Es alguien de mi ahora, de mi presente, que puede transformar mi vida de un modo definitivo. Somos millones de personas las que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que Jesús, el nazareno, ha pasado por nuestras vidas dejando una huella imborrable. Es más , no solo ha pasado se ha quedado en nosotros como compañero de camino que nos sostiene y alienta en cada lucha que tenemos que llevar a término. Por eso es tan importante en este tiempo de Adviento invocar al Señor para que venga a nuestro corazón. Celebrar la Navidad no es simplemente recordar algo precioso que ocurrió, supone actualizar ese hecho histórico en nuestra realidad con la fuerza de la fe."Jesús Higueras
La ESPERANZA, de la que nuestra sociedad anda tan necesitada en tiempos de crisis, se cimenta en el amor al prójimo, en la solidaridad con el necesitado, en el acompañamiento al desvalido.
La esperanza está en cada uno de nosotros, porque, cada uno, en su medida, somos la esperanza para los demás.
LA NAVIDAD ES ESA PUENTE QUE UNE FE Y ESPERANZA.
UNE PASADO, PRESENTE Y FUTURO.
Une recuerdos y familia.
¡La Navidad es un regalo! Una oportunidad.
¡NO LA DEJES ESCAPAR!
¡PON TU CORAZÓN EN MOVIMIENTO!