lunes, 13 de febrero de 2012

FORMACIÓN TELLISTA... ¡EL CREDO DEL DÍA A DÍA!

De lo mejor que ha caído por mis manos... Me parece simplemente una reflexión y una declaración de intenciones HERMOSA. Así que la hago mía y vuestra y os la dedico…





Artículo publicado en La Vanguardia, escrito por la periodista Angeles Caso

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

Un saludo.

2 comentarios:

  1. Durante años me pregunté que sentido tendría eso que llamamos Vida. Me intrigaba profundamente.

    Tambien durante años luche contra un transtorno que acabo limitandome tanto que acabe encerrada en casa. Durante todos esos años tambien me pregunte que había hecho de malo para que Dios me castigase de esa manera.

    Despues de los años empecé a obtener respuestas. Gracias a mi transtorno (sigo negandome a llamarle enfermedad) he aprendido cual es el verdadero sentido de eso que siempre he llamado Vida.

    La mia ha cobrado otra dimensión cuando he decido ponerla al servicio de los demás. Y esto que parece ser una frase hecha va cobrando cada dia sentido; cuando te paras a escuchar a alguien que quiere hablarte sin prisa. Cuando ayudas a tu vecina a subir las bolsas. Cuando decides cuidar a tu compañero que le han diagnosticado un cancer en fase terminal sin pensar en nada mas que en el. Cuando decides vencer tu miedo a la carretea para acompañar a tu madre cada semana a ver a su hermano que esta muriendose aun llevando sin verle años. Cuando decides ayudar sin condiciones a todo aquel que lo necesite. Y cuando decides ir a trabajar sin desgana a pesar de llevar tres meses sin cobrar. Cuando decides sonreir a pesar de los obstaculos a los que cada dia nos enfrentamos. Creo que ese es el verdadero sentido de la vida.

    Me alegra infinito que Angeles Caso a pesar de todas sus posesiones materiales haya encontrado el sentido a su vida, y espero que nosotros, desde nuestra humildad sigamos encontrandolo cada dia.

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  2. Encontrar el sentido de la vida es a la vez camino y meta.
    El amor al prójimo es sin duda el mejor guía.
    En cuanto a las posesiones materiales, hay que ser como San Francisco de Asís, hasta para la dieta, y quedarse con hambre física y de DIOS.
    Gracias por caminar junto a nosotros.

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