lunes, 27 de febrero de 2012

FORMACIÓN TELLISTA... ¡LA MISIÓN, DEBER DE TODOS!


Hoy quiero empezar proclamando la palabra (Marcos 1, 12-15): "Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertios y creed en el Evangelio."

Y continuar con las  palabras que fueron pronunciadas por el Cardenal Timothy Dolan ante el Papa  y los demás cardenales en vísperas del  CONSISTORIO.

                                              "El Concilio Vaticano II reafirmó que hay misioneros explícitos, enviados a pueblos que nunca han escuchado el Nombre por el que todos son salvados, pero que también ningún cristiano está exento del deber de dar testimonio de Jesúsy de ofrecer a otros Su invitación en su vida cotidiana.
Así, la misión se convirtió en algo central para la vida de cada Iglesia local, para cada creyente.
Debemos tener en nuestro corazón a esas personas que se consideran agnósticas o ateas. No quieren verse a sí mismas como objeto de la misión, o renunciar a su libertad. Pero la cuestión de Dios permanece presente también para ellos.

Como primer paso de la evangelización, debemos tratar de mantener esta búsqueda viva; debemos de procurar que los seres humanos no dejen de lado la cuestión de Dios, sinoque más bien, la vean como una cuestión esencial para sus vidas.
Creemos, como los poetas y filósofos de antaño, que no tuvieron la ventaja de la Revelación, que incluso una persona que alardea de ser secular y desdeña la religión, tiene dentro una innegable chispa de interés por el más allá, y reconoce que la Humanidad y la creación, sin el concepto de de algún tipo de creador, son un acertijo sombrío.


Una película popular ahora es  THE WAY, protagonizada por un actor famoso, Martin Sheen. interpreta a un padre cuyo hijo, que se había distanciado de él, muere, haciendo el Camino de Santigo. El padre decide, en su dolor, completar la peregrinación.


Es el icono del hombre secular: satisfecho de sí mismo, displicente hacia la religión, denominándose excatólico, escéptico sobre la fe... y sin embargo, incapaz de negar que dentro de él hay un interés irreprimible por lo tranacendente, una sed de algo más -no, de Alguien -, quecrece por el camino.

El misionero, el evangelizador tiene que ser una persona alegre. La nueva evangelización se lleva a cabo con una sonrisa nocon un ceño fruncido. Alegría amor... y, por último -siento mencionarlo-, la sangre.

Un joven de Nueva york me dijo que volvió a la fe de su infancia porque leyó sobre los monjes trapensesmartirizados en Argelia hace 15 años, y después de ver  De dioses y hombres, la película sobre ellos. A Tertuliano no le sorprendería." (Alfa y Omega. 23/02/2012)

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